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LECTURAS

EL BAUTISMO DEL SEÑOR

PRIMERA LECTURA

Miren a mi siervo, a quien prefiero

Lectura del libro de Isaías  42,  1-4.  6-7

        Así dice el :Señor

Miren a mi siervo, a quien sostengo;

mi elegido, a quien prefiero.

Sobre él he puesto mi espíritu,

para que traiga el derecho a las naciones.

No gritará, no clamará,

no voceará por las calles.

La caña resquebrajada no la quebrará,

ni apagará la mecha que apenas arde.

Promoverá fielmente el derecho,

y no se debilitará ni se cansará,

hasta implantarlo en la tierra,

los pueblos lejanos anhelan su enseñanza.

Yo, el Señor, te he llamado según mi plan salvador,

te he cogido de la mano,

te he formado, y te he hecho

mediador de un pueblo, luz de las naciones.

Para que abras los ojos de los ciegos,

saques a los cautivos de la prisión,

y del calabozo a los que habitan las tinieblas.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 28, 1ª. y 2. 3c-4. 3b y 9b-10  (R.: 11b)

  1. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

        Hijos de Dios, aclamen al Señor,

aclamen la gloria del nombre del Señor,

póstrense ante el Señor en el atrio sagrado. R.

        La voz del Señor sobre las aguas,

el Señor sobre las aguas torrenciales.

La voz del Señor es potente,

la voz del Señor es magnifica.  R.

El Dios de la gloria ha tronado,

En su templo un grito unánime: “¡Gloria!”

El Señor se sienta por encima del aguacero,

el Señor se sienta como rey eterno.  R.

SEGUNDA LECTURA

Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles  10, 34- 38

        En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

– Ahora comprendo que Dios no hace distinciones; acepta al que lo honra y obra rectamente, sea de la nación que sea.

Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.

Ustedes saben lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, comenzando por Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Palabra de Dios.

Aleluya cf.  Mc  9, 7

Se abrió el cielo,

y se oyó la voz del Padre:

“Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”.

EVANGELIO

Jesús se bautizó. Mientras oraba, se abrió el cielo

Lectura del santo evangelio según san Lucas   3, 15-16.  21-22

         En aquel tiempo, el pueblo estaba a la expectativa, y todos se preguntaban sino sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:

– “Yo les bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él les bautizará con Espíritu Santo y fuego”.

Un día, cuando se bautizaba mucha gente, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo

sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo:

– “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, que en el bautismo nos reconoció como hijos amados suyos.

– Para que todos los bautizados en Cristo, amados y elegidos de Dios, ungidos por el Espíritu Santo, pasemos, como Cristo,        haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal, roguemos al Señor.

– Para que los padres cristianos, al presentar a sus hijos para el bautismo, sean conscientes de su responsabilidad de transmitirles la vivencia de su fe, roguemos al Señor.

– Para que cuantos se sienten oprimidos y habitan en las tinieblas abran las puertas a Cristo, luz de las naciones, roguemos al Señor.

-Para que en nuestros trabajos, quehaceres, obligaciones, cargos, imitemos a Cristo, que no vino a ser servido sino a servir, roguemos al Señor.

Dios, Padre nuestro, en la persona de tu Hijo amado nos has revelado a tu servidor, enviado tuyo al mundo para liberarnos e iluminarnos; escucha las súplicas de tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor

 

 

Comentario meditación del evangelio del 30.12 o 1º TN

Queridos amigos:

Desde la Navidad, la iglesia y los cristianos venimos centrando nuestra mirada y atención en el Niño Dios, recién nacido. Hoy la iglesia nos pide mirar también a María y José y contemplar en conjunto la Sagrada Familia. Contemplarla tal como nos la propone el evangelio de hoy (Lc 2, 41-52), es decir, transcurridos ya doce años y con algunos apuros y malentendidos. No son graves, pero nos muestran que la familia de Jesús, María y José, es tan humana y necesitada como la tuya o la mía. Es sagrada ciertamente y ejemplo para las nuestras, pero con sus debilidades y necesidades (alimentación, vestido, trabajo, impuestos, etc.), que nadie sino ellos los van a resolver.

Es esta faceta humana y frágil de la Sagrada Familia lo que la iglesia quiere que veamos al proponérnosla como medelo. Su santidad, ciertamente, pero también su manera de tratar y resolver los problemas. Si pese a todo, ellos pudieron llegar a ser una Familia Sagrada, ¿por qué nosotros no? Hay que ponerle voluntad y empeño. Y darle gracias a Dios, porque le plugo instituir la familia, basada en el matrimonio de un hombre con una mujer, para ser como el seno y el hábitat naturales de la vida del hombre. Él mismo, cuando decidió hacerse hombre, lo hizo en el seno de una familia.

Digamos un par de cosas sobre el fundamento y la razón de ser así de nuestras familias, para que no se crea que se originaron por costumbres sociales o por imposiciones religiosas. Digamos 1º que el fundamento de la familia -(lo que la legitima a existir)-, es la felicidad y la complementación del hombre y de la mujer, que se unen en el amor y abiertos a la vida, cumpliendo así el deber de la conservación de la especie humana. Digamos 2º que el instinto de conservación de la especia humana es anterior, por milenios, a cualquier ley positiva natural (leyes humanas) o religiosa (religiones). Si no hay familia no hay garantía de supervivencia de ninguna especie animal, tampoco la humana.

Para los cristianos, Dios que es familia (diversidad en la unidad) hizo todas las cosas poniendo su impronta en las mismas. No hay dos cosas iguales, pero todas confluyen a la unidad. Esta ley de la diversidad en la unidad y viceversa, la pensó sobre todo para la unión del hombre y la mujer: serán dos en una misma carne, dijo (Gen 2,24) De este modo convirtió al matrimonio y la familia en icono vivo suyo, que es Dios Unitrino. Es decir, como Dios es uno en tres personas, así la familia es uno en dos, luego en 3, 4, etc. personas, según el número de los hijos.

DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA

PRIMERA LECTURA

El que teme al Señor honra a sus padres

Lectura del libro del Eclesiástico    3,  2-6.  12- 14

        Dios hace al padre más respetable que a los hijos

y afirma la autoridad de la madre sobre sus hijos.

El que honra a su padre alcanza el perdón de sus pecados,

el que respeta a su madre acumula tesoros;

el que honra a su padre recibirá alegría de sus hijos

y, cuando rece, su oración será escuchada;

el que respeta a su padre tendrá larga vida,

al que honra a su madre el Señor lo escucha.

Hijo mío, se constante en honrar a tu padre,

no lo abandones mientras vivas;

aunque su inteligencia se debilite, sé comprensivo con él,

no lo desprecies mientras vivas.

La ayuda prestada al padre no se olvidará,

será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  127,  1-2.  3. 4-5       (R.: cf. 1)

  1. Dichosos los que temen al Señor

                y siguen sus caminos.

        Dichoso el que teme al señor

y sigue sus caminos.

Comerás del fruto de tu trabajo,

serás dichoso, te irá bien.  R.

        Tu mujer, como parra fecunda,

en medio de tu casa;

tus hijos, como brotes de olivo,

alrededor de tu mesa.  R.

Ésta es la bendición del hombre

que teme al señor.

Que el Señor te bendiga desde Sión,

que veas la prosperidad de Jerusalén

todos los días de tu vida.  R.

 SEGUNDA LECTURA

La vida de familia vivida en el Señor

 Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12 -21

        Hermanos:

Como elegidos de Dios, santos y amados, revístanse de sentimientos de misericordia       entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.

Sopórtense mutuamente y perdónense, cuando alguno tenga quejas contra otro.

El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo perfecto.

Que la paz de Cristo reine en sus corazones; a ella han sido convocados, para formar un solo cuerpo.

Y sean agradecidos. La palabra de Cristo habite en ustedes

con toda su riqueza; instrúyanse unos a otros con toda sabiduría; corríjanse mutuamente.

Canten a Dios, denle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y, todo lo que de palabra o de obra realicen, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Esposas, respeten a sus maridos, como creyentes en el Señor. Maridos, amen a sus esposas, y no sean duros con ellas.

Hijos, obedezcan a sus padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desalienten.

Palabra de Dios.

Aleluya  Col  3,  15ª.  16ª.

Que la paz de Cristo reine en sus corazones;

la palabra de Cristo habite entre ustedes en toda su riqueza

EVANGELIO

Los padres de Jesús lo encuentran en medio de los maestros

Lectura del santo Evangelio según San Lucas  2, 41- 52

 Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de la Pascua.

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a celebrar la fiesta según la costumbre y, cuando termino, se regresaron; pero el Niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.

Estos creyendo que estaba en la caravana, hicieron un día de camino y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en busca de él    .

A los tres, días lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Al verlo sus padres quedaron asombrados, y le dijo su madre:

– “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados”.

Él les contestó:

-“¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?”

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.

Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.

Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante

Dios y los hombres.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios, Padre de la gran familia humana.

.Por la Iglesia, la familia de los hijos de Dios; para que sepa acoger a todos, roguemos al Señor.

-Por todos los hogares; para que sepamos discernir los valores permanentes, que es preciso salvaguardar, roguemos al Señor.

-Por los padres; para que sepan educar a sus hijos, respetando su personalidad y ganándose su confianza, roguemos al Señor.

-Por los novios; para que preparándose seriamente durante el noviazgo, sean capaces de realizar su vida familiar, según el proyecto de Dios, roguemos al Señor.

-Por los gobernantes; para que procuren con tenacidad la solución de los graves problemas –educación, vivienda, salarios- que afectan a la familia, roguemos al Señor.

-Por las familias desunidas, por las familias que sufren; para que reciban ayuda y consuelo, fruto de la solidaridad cristiana, roguemos al Señor.

-Por nosotros, aquí reunidos; para que la eucaristía que celebremos fomente en nosotros, el espíritu de familia, roguemos al Señor.

Escucha, señor, la plegaria de tu Iglesia, que pone su confianza en tu amor, y su mirada en el hogar de Nazaret. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

Comentario del evangelio del domingo 09.11 32º TO

Queridos amigos:

En relación con el Adviento, en cuya segunda semana entramos, Juan el Bautista es la figura más relevante y decisiva. Lo reconocen así los cuatro (4) evangelistas, que hacen coincidir la aparición pública de Jesús con la aparición de Juan el Bautista en el Jordán. Y lo reconoció así el mismo Jesús, quien le dedicó sus mayores elogios. De entre los evangelistas, quien más solemnemente hace la presentación de Juan es Lucas, que le dedica unos versículos de oro (Lc 3, 1-6), que sirven al mismo tiempo para ubicar a Jesús en la historia de su tiempo y para conectar a Juan con el profeta Isaías, que llamó al Precursor “una voz en el desierto” (Porque Juan estaba en el desierto y no porque nadie le hiciera caso…).

En relación con el Adviento, Lucas nos hace ver que, para Juan, la esperada llegada del Salvador, es ya un hecho. Pero no como a la gente se le había hecho creer sino todo lo contrario. Ciertamente el Mesías que en cualquier momento va a presentarse entre la gente, es el prometido hijo de David, Rey, Sacerdote, Salvador de su pueblo… y muchas otras cosas más que ni se pudieron imaginar  -(Hijo de Dios, por ejemplo). Pero no se presentará como ellos y sus rabinos se lo imaginaron: espectacular, poderoso, taumaturgo, vengador de su pueblo (contra los romanos, desde luego), panacea de todos los bienes, etc. Juan lo sabe muy bien, sin duda por inspiración del Espíritu que le ha instruido y lo ha llamado a ser el Precursor del Mesías.

Cordero de Dios, llamará significativamente Juan a Jesús, que le hizo saltar de gozo en el seno materno (Lc 1,44). Él intuyó siempre que Jesús era el Mesías y que, por eso, su padre Zacarías quiso que se preparara lo mejor para ser un día el Profeta del Altísimo, como él le había dicho que sería (Lc 1,76). Tenía 30 años cuando dejó ¿la comunidad esenia? para ir a cumplir su misión: alimentar la ilusión del pueblo por su Mesías, corregir sus falsas expectativas, reclutar gente (bautismo de conversión) y ponerla a su disposición, para lo que fuere menester. Desde luego, para preparar el camino del Señor, en frase Isaías (Is 2,22).

Lo estaremos preparando si, como Juan el Bautista, 1. Nos dedicamos por entero a la causa del Señor que viene, dejando nuestras conveniencias; 2. Revisamos nuestras ideas y actitudes sobre Dios, Jesucristo y la Iglesia; 3. Somos apóstoles entre la gente ayudándoles a ponerse al servicio del Señor; y 4. Nos convertimos en camino por donde Él pase…, siendo más justos y tolerantes. Abajando los cerros de nuestra soberbia y violencia y elevando los niveles de nuestra bondad y solidaridad.

LECTURAS

DOMINGO II DE ADVIENTO

PRIMERA LECTURA

Dios mostrará tu esplendor

Lectura del libro de Baruc  5, 1-9

Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción

y vístete de gala para siempre con la gloria que Dios te da

envuélvete en el manto de la justicia de Dios

y ponte como corona la gloria del Eterno,

porque Dios mostrará tu esplendor

a cuantos viven bajo el cielo.

Dios te dará un nombre para siempre:

“Paz en la justicia” y “Gloria en la piedad”.

Levántate, Jerusalén, sube a lo alto,

mira hacia el oriente y contempla a tus hijos,

reunidos de oriente a occidente a la voz del Santo,

gozosos invocando a Dios.

A pie se marcharon, conducidos por el enemigo,

pero Dios te los traerá con gloria,

como llevados en un trono real.

Dios ha mandado que se abaje todo monte elevado

y toda colina encumbrada,

ha mandado rellenar los barrancos

hasta aplanar el suelo,

para que Israel camine con seguridad,

guiado por la gloria de Dios.

Ha mandado a los bosques y a los árboles aromáticos

hacer sombra a Israel.

Porque Dios guiará a Israel con alegría

a la luz de su gloria,

y le mostrará su justicia y su misericordia.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 125, 1-2ab.  2cd-3. 4-5.  6.  (R.: 3)

  1. El Señor ha estado grande con nosotros,

                y estamos alegres.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos parecía soñar:

la boca se nos llenaba de risas,

la lengua de cantares.  R.

Hasta los paganos decían:

“El Señor ha estado grandes con ellos”.

El Señor ha estado grande con nosotros,

y estamos alegres.  R.

Que el Señor cambie nuestra suerte,

como los torrentes del Negueb.

Los que sembraban con lágrimas

cosechan entre cantares.  R.

Al ir iban llorando,

llevando la semilla;

al volver, vuelven cantando,

trayendo sus gavillas.  R.

SEGUNDA LECTURA 

Llegarán al día de Cristo limpios e irreprochables

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses

1, 4-6.  8-11

Hermanos:

Siempre que rezo por ustedes, lo hago con gran alegría.

Porque han colaborado conmigo en la obra del Evangelio,

desde el primer día hasta hoy.

Ésta es mi convicción: que si Dios ha inaugurado entre ustedes una obra buena. la llevará a feliz término hasta el Día de Cristo Jesús.

Dios es testigo que a todos ustedes los quiero entrañablemente en Cristo Jesús.

Y ésta es mi oración: que el amor de ustedes siga creciendo más y más en conocimiento y sensibilidad para todo.

Así llegarán ustedes al día de Cristo limpios e irreprochables, colmados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.

 

Palabra de Dios.

Aleluya  Lc 3,  4. 6

Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.

Todos verán la salvación de Dios

EVANGELIO

Todos verán la salvación de Dios

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas      3, 1-6

        En el año quince del reinado del Emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe Virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanias virrey de Abilene, bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto.

Comenzó entonces a recorrer la región del Jordán, predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías:

“Una voz grita en el desierto:

  • Preparen el camino del Señor,

allanen sus senderos;

elévense los valles,

desciendan los montes y colinas;

que lo torcido se enderece,

lo áspero se iguale.

Y todos verán la salvación de Dios”.

Palabra del Señor. 

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios, que a todos muestra su salvación.

-Por la unión de las Iglesias cristianas; para que allanen los senderos que nos separan, y coincidamos todos en el camino de la única Iglesia de Cristo, roguemos al Señor.

-Por todos los que se encuentran fuera de su patria, de su casa: los emigrantes, los exiliados, los deportados; para que sea posible el retorno, roguemos al Señor.

-Por todos los que lloran en este valle de lágrimas; para que halle eco en sus corazones la palabra que verdaderamente consuela, roguemos al Señor.

-Por nosotros, aquí reunidos; para que lleguemos al Día de Jesucristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas: que nuestra comunidad crezca más y más en penetración y sensibilidad para apreciar lo que más vale. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

 

Comentario del evangelio del Domingo 15.11.2015 o 33º TO

Queridos amigos:

Estamos a dos semanas del final del Año Litúrgico y el evangelio, haciéndose eco de ese final, anuncia el fin de Jerusalem y el fin del mundo (Mc 13, 24-32). Uno diría que el evangelio es apocalíptico, pero no. Ni la intención de Jesús ni el cuerpo de su discurso son apocalípticos; a lo más son escatológicos, es decir, que nos abren a la esperanza, a Jesucristo Triunfador y Juez de vivos y muertos, y a un mundo nuevo, inédito y maravilloso, regalo de Dios para los suyos. Lo que en definitiva cuenta y debe importarnos en este evangelio no es lo que se nos va sino lo que se nos viene.

¿Qué es lo que se nos viene y cuándo vendrá? Son dos preguntas inquietantes, en especial para quienes no creyeron ni esperaron en y al Señor. Para los elegidos, en cambio, son de positiva y gozosa expectativa, pues los ángeles de Dios bajarán con el Señor a recogerlos y reunirlos para la gloria. Su alegría será enorme, -compensatoria con creces por cuanto padecieron-, pero será enorme la tristeza y la desesperación de cuantos, por mil motivos y excusas, se rehusaron a creer (agnósticos, ateos, renegados) o con su vida contradijeron su fe (corruptos, escandalizadores, narcotraficantes, etc.). ¡Así que era cierto…! dirán refiriéndose a Dios en Jesucristo, ¡Y nosotros que los considerábamos rémora y escoria de la sociedad, dirán refiriéndose a los elegidos.

¿Cuándo será todo esto? Sólo el Padre lo sabe. Ni Jesús (en cuanto hombre) dice saberlo; (aun así no faltan por ahí visionarios y grupos religiosos como el de los Adventistas, que cada cierto tiempo vaticinan y anuncian con pelos y señales la fecha del fin del mudo. El cielo y la tierra pasarán, dice el Señor, pero mis palabras no pasarán, es decir, se cumplirá todo lo susodicho y se cumplirá cuanto se dice en la Escritura. Por ejemplo, el cielo y la tierra actuales ya consumados, darán paso a un nuevo cielo y una nueva tierra (Ap 21,1), una nueva creación para los elegidos. Ciertamente las palabras del Señor son poderosas y no vuelven a Él vacías (Is. 55,11).

La parábola de la higuera, que Jesús nos cuenta (Mc 13.28+) nos enseña a verlo todo como señal y aviso, como “signo de los tiempos”. Y nos pide repetidamente saber leerlos y aplicárnoslos (Lc 12, 54-56). Y hasta nos reprende por no saber actuar en consecuencia. La contaminación ambiental y el cambio climático de nuestros días, por ejemplo, nos piden a gritos cuidar el medioambiente y trabajar por un cambio ecológico. ¿Alguna vez los países del mundo se comprometerán de verdad con las resoluciones de las Conferencias ONU sobre el cambio climático? ¿O con las enseñanzas del Papa Francisco en su hermosa Carta Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común…?

LECTURAS

DOMINGO XXXIII

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Por aquel tiempo se salvará tu pueblo

Lectura de la profecía de Daniel       12, 1- 3

        Por aquel tiempo surgirá el arcángel Miguel,

el gran príncipe protector de tu pueblo:

serán tiempos difíciles, como no hubo otros

desde que existen las naciones.

Entonces se salvará tu pueblo:

todos los inscritos en el libro.

Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra

despertarán:

unos para la vida eterna,

otros para el castigo eterno.

Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento,

y los que enseñaron a muchos la justicia resplandecerán

como estrellas,

por toda la eternidad.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 15, 5 y 8. 9-10. 11      (R.: 1)

  1. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

        El Señor es la parte de mi herencia y mi copa;

mi suerte está en tu mano.

Tengo siempre presente al Señor,

Con él a mí derecha no vacilaré. R.

         Por eso se me alegra el corazón,

se gozan mis entrañas,

y mí carne descansa serena.

Porque no me entregarás a la muerte,

ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.

         Me enseñarás el sendero de la vida,

me saciarás de gozo en tu presencia,

de alegría perpetua a tu derecha.         R.

SEGUNDA LECTURA

Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre

a los que van siendo consagrados

Lectura de la carta a los Hebreos     10, 11-14. 18

        Hermanos:

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que de ningún modo pueden borrar los pecados.

Pero Cristo ofreció por los pecados un solo sacrificio para siempre; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.

Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados a Dios.

Ahora bien, cuando los pecados han sido perdonados, ya no hay necesidad de ofrenda por el pecado.

Palabra de Dios.

Aleluya     Lc     21, 36

Estén siempre despiertos,

pidiendo fuerza para mantenerse en pie

ante el Hijo del hombre.

EVANGELIO

Reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 13, 24-32

         En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

– En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.

Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.

Aprendan de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducen ustedes que el verano está cerca; pues cuando vean ustedes suceder esto, sepan que él está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación

antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre. Nuestra suerte está en su mano.

– Por la Iglesia; para que acogiendo a todos los hombres en la diversidad de razas y culturas, sea signo de la convocación de Cristo, roguemos al Señor.

– Por los que gobiernan, por todos los que trabajan por lograr la paz, fruto de la justicia; para que colaboren con su tarea en la construcción de un mundo nuevo según el proyecto de Dios, roguemos al Señor.

– Por nosotros, aquí reunidos; para que sepamos llevar a todos la esperanza gozosa de la venida del Señor, que está siempre cerca, a la puerta, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestra súplica; enséñanos el sendero de la vida, sácianos de gozo en tu presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

DOMINGO XXXIV

DEL TIEMPO ORDINARIO

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Daniel       7, 13- 14

        Yo Daniel, tuve una visión nocturna: vi venir en las nubes del cielo alguien semejante a un Hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.

Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasará y su reino no tendrá fin.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 92, 1ab. 1c- 2. 5         (R.: 1a)

El Señor reina sobre la tierra.  

        El Señor reina, vestido de majestad,

El Señor, vestido y ceñido de poder. R.

              Así está firme el orbe y no vacila.

Tu trono está firme desde siempre,

y tú eres eterno. R.

         Tus mandatos son fieles y seguros;

la santidad es el adorno de tu casa,

Señor, por días sin término. R.

 SEGUNDA LECTURA

El príncipe de los reyes de la tierra

nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios

 Lectura del libro del Apocalipsis      1, 5- 8

         Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra.

Aquel que nos amó, nos ha librado de nuestros pecados, por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.

A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

Miren: Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentaran por su causa. Sí. Amén.

Dice el Señor Dios: <Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el  que era y el que viene, el Todopoderoso>.

Palabra de Dios.

Aleluya     Mc   11, 9b- 10a

Bendito el que viene en nombre del Señor.

Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.

EVANGELIO

Tú lo dices: soy rey

 Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b- 37

       En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús:

– ¿Eres tú el rey de los judíos?

Jesús le contestó:

– ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?

Pilato replico:

– ¿A caso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?

Jesús le contestó:

– Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que yo no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.

Pilato le dijo:

– ¿Con qué, tú eres rey?

Jesús le contestó:

– Tú lo dices: soy rey. Yo para eso he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, que entregó a Jesucristo, su Hijo, el poder, el honor y el reino.

– Por la Iglesia; para que sea testigo de la verdad de Cristo y conciencia de la humanidad que camina hacia la plenitud del reino de Dios, roguemos al Señor.

– Por todos los pueblos de la tierra, en esta hora crucial, en que amanece una nueva era histórica; para que no caigan en la tentación del endiosamiento, roguemos al Señor.

– Por los gobernantes de todas las naciones; para que trabajando por la paz, fruto de la justicia, colaboren en la realización del reino de Dios, roguemos al Señor.

– Por nosotros, que confesamos a Cristo, Señor; para que realicemos la verdad de Cristo en el amor fraterno, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras súplicas, que te dirigimos por mediación de Jesucristo. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos.