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Lecturas

DOMINGO XV

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
La lluvia hace germinar la tierra

Lectura del libro de Isaías 55, 10- 11
Así dice el Señor:
Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, si no que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 64, 10. 11. 12-13. 14 (R.: Lc 8, 8)

R. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.9

Tú cuidas de la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida; la acequia de Dios va llena de agua, preparas los trigales. R.

Riegas los surcos, igualas los terrones, la ablandas con tu lluvia, la bendices sus brotes. R.

Coronas el año con tus bienes, tus caminos derraman abundancia; germinan los pastos del desierto, y las colinas se engalanan de alegría. R.

Las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de trigales, que aclaman y cantan R.

SEGUNDA LECTURA

La creación, expectante, está aguardando la plena manifestación

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 8, 18- 23

Hermanos:
Sostengo que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración no por su voluntad, sino por aquel que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vea liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto.
Y no sólo ella; también nosotros que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Palabra de Dios.

Aleluya

La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
quien lo encuentra vive para siempre.

EVANGELIO

Salió el sembrador a sembrar

• Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1- 23

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a orillas del mar. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas.
Les decía: Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron.
Otras terminaron en camino pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotaron en seguida; pero en cuanto salió el sol, se marchitaron y por falta de raíz se secaron.
Otras cayeron entre espinos, que crecieron y las ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio fruto: unas, ciento; otras, sesenta y otras, treinta.
¡El que tenga oídos que oiga!
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
– ¿Por qué les hablas en parábolas?.
Él les contestó:
– A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino
de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que no tiene. Por eso

les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías:

“Oirán con los oídos sin entender;
mirarán con los ojos sin ver;
porque está endurecido el corazón de este pueblo,
son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure”.

¡Dichosos ustedes porque sus ojos ven y sus oídos oyen! yo les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Escuchen, pues, lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que a escucha y la acepta enseguida con alegría; pero tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre espinos significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.
Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios.

– Por todos los que en la Iglesia reciben la misión de sembrar la palabra de Dios, roguemos al Señor.

– Por los profesionales de la enseñanza, de los medios de comunicación social, responsables de la siembra inmensa de la palabra, roguemos al Señor.

– Por los organismos interesados en la agricultura para procurar la solución justa y eficaz de los problemas urgentes del campo, roguemos al Señor.

– Por nosotros, que un día y otro escuchamos la palabra de Dios, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia, que quiere hacer suyos los anhelos de toda la humanidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Comentario al evangelio del domingo 09.07.2017 o 14 TO

Queridos amigos

 

El evangelio de hoy (Mt 11, 25-30) contiene una oración, un testimonio y una invitación. Todo ello formando una unidad que hace de este breve texto uno de los más bellos y significativos del Nuevo Testamento. No dejen de releerlo. Veamos ante todo la oración. Es muy breve, y también por eso modelo de oración. A Jesús, hombre y maestro de oración, le brotó espontáneamente, gozosamente. Como nos brota a nosotros un ¡viva! cuando estamos contentos. Padre, te doy gracias, exclama Jesús, porque amas a los pobres y les revelas tu corazón, más que a “los sabios y entendidos”.

 

El testimonio que Jesús da de sí mismo muestra quién es Él y la conciencia que tiene de su persona. Él es el Hijo (del Padre Dios) y mantiene con el Padre una estrecha relación: 1º, conoce muy bien al Padre, que ha puesto todo en sus manos; y 2º, revela al Padre, lo da a conocer, a cuantos creen en el Hijo y le abren su corazón y le siguen llenos de confianza (Mt 26-27). Lo que más anhela Jesús es que todos conozcan y amen al Padre Dios, tanto que para lograrlo Él mismo se hace camino, el camino verdadero que lleva a la Vida (Jn 14, 6). Que Jesús es Hijo de Dios y Dios su Padre, es parte del misterio (de la Santísima Trinidad) que nos revela, y que los sencillos y los humildes acogen con mayor fe que “los sobrados” de este mundo.

 

La invitación que Jesús hace es fruto de la oración que elevó a su Padre pensando en los pobres. Vengan a mí, les dice y nos dice, cuantos, corporal y espiritualmente, están cansados y agobiados, y yo les aliviaré. La invitación es conmovedora y está llena ternura y de compasión efectiva. Le sirve para continuar dando testimonio de Sí mismo, aunque ahora en el plano humano: soy manso y humilde de corazón. El aprendan de Mi nos presenta a Jesús como modelo de vida  –algo para lo que vino a este mundo- , pero al mismo tiempo inspirando confianza al mostrarse cercano y accesible. Admira y atrae la naturalidad con la que dice “aprendan de Mi”… En una sociedad necesitada de paradigmas, Jesús se presenta como tal. Ojalá tengamos el coraje de imitarlo.

 

Lo que Jesús dice del yugo merece párrafo aparte. Sin duda los yugos que salían de la pequeña carpintería de José  -además de taburetes y mesas-, tenían fama de ligeros y suaves. Jesús recuerda los comentarios que sus paisanos hacían y lo a gusto que las yuntas de bueyes se sentían con esos yugos al arar el campo. Y se le ocurre la comparación: mi yugo (sus enseñanzas) son como un yugo ligero y suave. Cárguenlo con confianza y sentirán que todo se les hace más llevadero. Hagamos la prueba.

 

Lecturas

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO

 

PRIMERA LECTURA

Mira a tu rey que viene a ti modesto

 

Lectura de la profecía de Zacarías  9. 9-10   

 

        Así dice el Señor:

Alégrate, hija de Sión;  canta hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; humilde y cabalgando en un pollino, cría de una burra.

Destruirá los carros de guerra de Efraín,  los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río hasta los extremos de la tierra.

 

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: Cf.1)

 

  1. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

 

        Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;

bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Día tras día, te bendeciré

y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.

 

        El Señor es clemente y misericordioso,

lento a la cólera y rico en piedad;

el Señor es bueno con todos,

es cariñoso con todas su criaturas. R.

 

        Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,

que te bendigan tus fieles;

que proclamen la gloria de tu reinado

que hablen de tus hazañas. R.

 

        El Señor es fiel a sus palabras,

bondadoso en todas sus acciones.

El Señor sostiene a los que van a caer,

endereza a los que ya se doblan. R.


SEGUNDA LECTURA

 

Si con el Espíritu dan muerte a las obras del cuerpo, vivirán

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos  8,9.  11- 13

 

Hermanos:

Ustedes no están sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el espíritu de Dios habita en ustedes. el que no tiene el espíritu de Cristo no es de Cristo.

Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús dará nueva vida a sus cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en ustedes.

Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Si ustedes viven según la carne, morirán.

Al contrario, si hacen morir las obras de la carne según el Espíritu, entonces vivirán.

 

Palabra de Dios.

 

Aleluya  Cf. Mt  11, 25

 

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,

porque has revelado los secretos del reino

a la gente sencilla.

 

EVANGELIO

 

Soy manso y humilde de corazón

 

  • Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,  25- 30

 

        En aquel tiempo, exclamó Jesús:

Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre así te ha parecido mejor.

Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

 

Palabra del Señor.


Oración de los fieles

 

Oremos al Señor, nuestro Dios. Él es bueno con todos, misericordioso.

 

– Para que la Iglesia no caiga en la tentación de los medios poderosos, y en su debilidad se manifieste el poder de Dios, roguemos al Señor.

 

– Para que las naciones rehúsen eficazmente el empleo de la fuerza en la solución de los conflictos, roguemos al Señor.

 

Para que cuantos se sienten cansados, agobiados, por tanta pesadumbre, encuentren en todos alivio y descanso, roguemos al Señor.

 

– Para que aprendamos de Cristo la mansedumbre y la humildad de corazón, llevando unos las cargas de los otros, roguemos al Señor-

 

Concédenos, Señor, el fruto del Espíritu, que, es amor, alegría, paz, comprensión, amabilidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Comentario al evangelio del domingo 02.07 o 13 TO

Hola amigos

El evangelio de hoy (Mt 10, 37-42) nos trae los últimos 5 dichos del discurso misionero de Jesús a los Doce (y a nosotros en ellos). Los últimos y los más importantes, pues llevan la firma de Jesús: “SOY YO (Dios) quien se lo dice”. Tienen que ver con el seguimiento de Jesús: cuánto hay que estar dispuestos a renunciar (a dar) por seguirlo, los 3 primeros. Y cuánto habremos de recibir por seguir a Jesús, los dos últimos. Por su estilo literario semítico, los tres primeros suenan muy duros y difíciles, pero llegan a parecer normales -y esenciales- cuando se los traduce a nuestro modo de hablar. Los tres primeros comprometen en cuerpo, alma y espíritu. al seguidor de Jesús: Los dos últimos comprometen la generosidad de Jesús con quienes reciben a sus misioneros o dan algo (un vaso de agua, por ejemplo) a sus seguidores (sus pequeños, los llama Él).

 

En lo afectivo, el amor de los apóstoles (ustedes y yo) se llama pasión por Dios y por Jesucristo. En este primer dicho de Jesús no se trata de decir a quién amas más: si a Dios o a los tuyos, pues el amor es uno solo y en un solo y mismo abrazo de amor estrechamos a Dios y a cuantos Él nos ha dado. El amor a Dios sobre todas las cosas pide que amemos también todas las cosas y personas como don que son de Dios.

 

El segundo dicho de Jesús nos pide cargar nuestra cruz y seguirle… No se trata tanto de tener espaldas anchas -(hay que tenerlas, y firmes)-, cuanto de seguir a Jesús, de jugárselas por Él haciendo nuestra su causa. El discípulo verdadero de Jesús deberá recordar siempre que la cruz es condición y/o consecuencia de seguirle. El tercer dicho tiene que ver con la libertad: qué estás haciendo con tu vida, en qué has decidido gastarla… Hay muchas opciones por delante: la vida o la muerte, la bendición o la maldición… (Dt. 30,20). Al respecto recordemos la gran paradoja del evangelio: “el que vive su vida para sí la perderá; el que sacrifica su vida por mi causa (de Jesús), la encontrará”. Haz de tu libertad un SÍ a la voluntad de Dios. Conviértete como Jesús en el Amen de Dios (2 Cor 1,20)

 

Los dos últimos dichos de Jesús ponen de relieve la importancia de la acogida y de la ayuda al hermano. Tanto que, aunque no lo pensemos, considera como hecho a Él cuanto hacemos por el prójimo. Es interesante este toma y daca, pero es mucho más interesante e importante el significado que encierra: que Jesús se siente identificado con todo hombre, contigo y conmigo. ¿Por qué me persigues, le dice a Pablo? (Hech 26, 14). Gracias por recibirme, por ayudarme, nos dice a nosotros, sin importar el monto de lo que hayamos hecho o dado.

Lecturas

DOMINGO XIII

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Ese hombre de Dios es un santo, se quedará aquí

Lectura del segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14- 16a

Un día pasaba Eliseo por Sunam, y una mujer distinguida lo invitó con insistencia a comer. Y, siempre que Eliseo pasaba por allí se detenía a comer en su casa. Ella dijo a su marido:
Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior, le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, y así, cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.
Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó.
Dijo a su criado Guejazí:
– ¿Qué podríamos hacer por ella?.
Guejazí comentó:
– Mira, no tiene hijos, y su marido es ya viejo.
Eliseo dijo:
– Llámala.
La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo:
– El año que viene, por estas fechas, tendrás un hijo en tus brazos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 16-17 . 1 8-19 R.: 2a)

R. Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
camina, oh Señor a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R.

Porque tú eres su honor y su fuerza.
y con tu favor realzas nuestro poder.

Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey. R.

SEGUNDA LECTURA

Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte,
para que andemos en una vida nueva

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 6, 3-4. 8-11

Hermanos:
¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte?
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.

Aleluya 1P 2, 9

Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real,
una nación santa;
proclamen las hazañas
del que los llamó a salir de la tiniebla
y a entrar en su luz maravillosa.

EVANGELIO

El que no toma su cruz no es digno de mí.
El que los recibe a ustedes me recibe a mí

• lectura del santo evangelio según San Mateo 10, 37 -42

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
– El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.

El que trate de salvar su vida la perderá, y el que pierda su vida
por mí la salvará. El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, les aseguro que no perderá su recompensa.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios. Su misericordia es eterna.

– Para que la Iglesia sea más y mejor comunidad de justos y profetas en medio del mundo, roguemos al Señor.

– Para que los gobernantes encuentren soluciones justas al problema de los marginados en nuestra sociedad, roguemos al Señor.

– Para que nadie caiga en la tentación de despreciar a nadie por su apariencia humilde, roguemos al Señor.

– Para que sepamos acogernos unos a otros, pues es el mismo Cristo quien acoge y a quien acogemos, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, que espera ser recibido en tu morada eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Comentario al evangelio del domingo de Corpus Cristi

Queridos amigos

 

“Corpus Cristi” o “Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo” es el nombre de la fiesta que hoy celebramos. Su evangelio (Jn 6, 51-58) fundamenta la fiesta de hoy y la del Jueves Santo, cuando Jesús instituyó la eucaristía y el sacerdocio (Lc 22, 19-20). ¿Qué es lo primero que nos viene a la mente cuando decimos Corpus Cristi o Cuerpo y Sangre de Cristo? Les diré lo que, en una lluvia de ideas, dijo un grupo de fieles, en respuesta a la misma pregunta. Misa y procesión…; presencia real y para siempre de Jesucristo con su cuerpo, alma y divinidad; comunión y adoración…; sacramento de fe; memorial de la Pasión y Muerte del Señor; Pan de Vida eterna…

 

Son ideas sugerentes sobre el Corpus Cristi. Ante todo y externamente está la que asocia la Fiesta con la Misa y Procesión, que se celebran desde 1264, en que el Papa Urbano IV la instituyó. Desde entonces no hay fiesta litúrgica que el Pueblo de Dios celebre con tanto fervor y esplendor. ¿Quién no ha oído hablar de la brillante celebración del Corpus Cristi en Ayacucho, o en Toledo (España)? Lo más importante es que este fervor y esplendor quieren ser y son manifestación de la fe viva y del agradecimiento de los fieles a Jesucristo resucitado en la santa hostia. Lo que paseamos en la custodia ¡es Jesucristo en persona! Esta fe del Pueblo de Dios es un hecho innegable.

 

Ver el Corpus Cristi como memorial de la Pasión y Muerte del Señor no es quizá lo más a tono con la fiesta, pero es lo más real y exacto si pensamos en el Jueves Santo y en la Sta. Misa, que son la renovación incruenta del sacrificio de Cristo en la cruz y que piden la participación del sacerdote y de los fieles en ese sacrificio. Pero resulta que la Fiesta del Corpus fue vista desde el principio en otra perspectiva: sin el fondo negro del Viernes Santo y para exaltar y agradecer el amor de Jesús que lo llevó a quedarse con nosotros en la forma de un poco de pan. En este contexto tiene más sentido pensar y celebrar el Corpus como Pan de Vida y como comunión y adoración (Jn 6, 51).

 

El que come el cuerpo de Jesús (Corpus Cristi), permanece en Él y vive de y por Él. Es decir, es asimilado por Jesús, que lo va haciendo a su imagen y semejanza. Todo lo contrario a lo que pasa cuando comemos un manjar, que lo asimilamos y hacemos sangre nuestra. Aunque no lo parezca, en la comunión Jesús lleva la iniciativa. La lleva también en la adoración eucarística, en la que Jesús quiere hablarnos y espera que nosotros le escuchemos. Más que hablarle nosotros. Debiera ser así en la Procesión de Corpus Cristi, en las Horas Eucarísticas y después de toda comunión.

 

Lecturas

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO

CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

 

PRIMERA LECTURA

Te alimentó con el maná,

que tú no conocías ni conocieron tus padres

Lectura del libro del Deuteronomio  8, 2-3.  14b- 16a

Moisés habló al pueblo, diciendo:

– Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus mandamientos o no.

Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo el hombre vive de pan, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios.

No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes venenosas y alacranes, que en un lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca más dura; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.

 

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial  Sal  147, 12- 13.  14-15.  19-20  R.: 12a)

 

  1. Glorifica al Señor, Jerusalén.

 

        O bien:

 

        Aleluya.

 

Glorifica al Señor, Jerusalén;

alaba a tu Dios Sión:

que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,

y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R.

 

        Ha puesto paz en tus fronteras,

te sacia con flor de harina.

El envía su mensaje a la tierra,

y su palabra corre veloz. R.


Anuncia su palabra a Jacob,

sus decretos y mandatos a Israel;

con ninguna nación obró así,

ni les dio a conocer sus mandatos R.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos,

formamos un solo cuerpo

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios  10, 16- 17

 

Hermanos: El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?

El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan.

 

Palabra de Dios.

 

Aleluya  Jn  6, 51

 

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

dice el Señor-;

el que coma de este pan

vivirá para siempre.

 

 

EVANGELIO

 

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida

 

  • Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 51 – 58

 

        En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

– Yo  soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma       de este pan vivirá para siempre. Y el pan que  yo daré es mi carne para la vida del mundo.

Los judíos se pusieron a discutir entre sí:

– ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?.

Entonces Jesús les dijo:

– Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día.

 

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.

El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre: del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo: no es como el maná que comieron sus padres y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre.

 

Palabra del Señor.

 

Oración de los fieles

 

Oremos a Dios Padre, que da el alimento a todo viviente.

– Por la unión de todos los cristiano en la unidad de la Iglesia de Cristo; para que formemos un solo cuerpo los que comemos de un mismo pan, roguemos al Señor.

– Por la organización eclesial de Cáritas; para que promueva el amor fraterno, la mutua ayuda, y la solidaridad, roguemos al Señor.

– Por los que sufren hambre; para que sepamos compartir con ellos nuestro pan de cada día, anuncio del pan de vida eterna, roguemos al Señor.

– Por nosotros, invitados a la mesa del Señor; para que el plan de la palabra despierte en nosotros el hambre del pan de la eucaristía roguemos al Señor.

 

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia, que observando fielmente el mandato de tu Hijo, celebra el memorial de su obra, hasta que él vuelva. Por Jesucristo nuestro Señor.