Liturgia

Comentario al evangelio dominical del 11.03 o 4TC

Queridos amigos:

En el libro de los Números (21, 4-9) se nos dice que Dios mandó a Moisés hacer una serpiente de bronce y ponerla en lo alto de un madero, para que cuantos la mirasen quedasen sanos (de la picadura de las víboras). Aludiendo al relato, Jesús dice por san Juan (3,14-21) que el Hijo del Hombre debe también ser puesto en alto para que el hombre lo mire (con los ojos de la fe) y quede sano (del pecado) y se salve.

Para Jesús, “ser puesto en alto” significa que ha de ser elevado en la cruz (crucificado), pero también y sobre todo que ha de ser “glorificado” (resucitado, ascendido y sentado a la derecha del Padre). La exaltación de Jesús en la cruz tiene este doble significado, que la Iglesia recoge y celebra en la Fiesta de la Exaltación de la Cruz (el día 14.09). Para Jesús, su muerte en la cruz por nosotros fue la manera de mostrarnos su inmenso amor (Jn 15,13) y de llevar a cabo la entrega por amor que el Padre Dios hizo de su Hijo al mundo (Jn 3,16).

Jesús nos está diciendo que el amor que el Padre Dios nos tiene y tiene al mundo es tan grande que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna…” (Jn 3, 16). Y que su amor al Padre es tan grande que cumplirá su voluntad cueste lo que cueste, y no reparará en dar su vida por nosotros. Jamás podremos comprender el inmenso amor, la inmensa misericordia, que el Padre Dios y Jesús nos tienen. Tan inmensos que Dios y Jesús no juzgan ni condenan a nadie. El juicio y la condena nos los hacemos nosotros, al incluirnos o excluirnos del Proyecto de Dios en Jesucristo.

Es una manera bíblica de hablar la que presenta a Jesús viniendo sobre las nubes con legiones de ángeles, y sentándose, como Rey poderoso, para juzgar a todos los hombres (Mt 26, 64, Mc 13,26, Lc 21,27). Vendrá Jesús, sin duda, y todos seremos juzgados y sancionados (para el cielo o para el infierno), pero no será tal como lo imaginamos. Ese juez acusador y que nos grita la sentencia no condice con el inmenso amor que Dios y Jesús muestran tenernos. “Dios no envió su Hijo al mundo para condenarlo sino para salvarlo” (Jn 3,17). Es muy a su pesar, que podemos perdernos.

¿Crees de verdad en el amor de Dios? Entonces ni serás juzgado (Jn  3,18). El juicio ya lo hiciste al optar y decidirte por ese amor. ¿No has creído en el amor de Dios? Entonces es tu propia incredulidad la que te condena, por haber rechazado tu única fuente de salvación: Jesucristo.

LECTURAS

DOMINGO IV DE CUARESMA

 PRIMERA LECTURA

La ira y la misericordia del Señor

se manifiestan en la deportación y en la liberación del pueblo

 Lectura del segundo libro de las Crónicas   36, 14-16. 19-23

        En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que el Señor había consagrado en Jerusalén.

El Señor, Dios de sus padres, les envío desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió sin remedio contra su pueblo.

Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos, Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías:

Hasta que el país haya pagado sus sábados,

descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años.

En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino:

Así habla Ciro, rey de Persia:

El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra.

“El me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quién de entre ustedes pertenezca a su pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe”.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 136,  1-2.  3.  4.  5.  6 . (R.:        6a)

  1. Que no me olvide de ti, Señor.

Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas

colgábamos nuestras cítaras. R.

         Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos:

Cántennos un cantar de Sión. R.

         ¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera!

Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. R.

        Que se me pegue la lengua al paladar sino me acuerdo de ti, sino pongo a Jerusalén, en la cumbre de mis  alegrías. R.

SEGUNDA LECTURA

Estando muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios  2,  4-10

         Hermanos:

        Dios  rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por pura gracia están ustedes salvados-, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él.

Así quiso mostrar a los siglos venideros la inmensa riqueza de su gracia, por la bondad que nos manifestó en Cristo Jesús.

Por la gracia, en efecto, han sido salvados mediante la fe. Y no se debe a ustedes, sino que es un donde Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir.

Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.

Palabra de Dios.

Versículo antes del evangelio  Jn     3, 16

Tanto amó Dios al mundo Que entregó a su Hijo único.

Todo el que cree en él Tiene vida eterna.

EVANGELIO 

Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 14- 21

        En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

-Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.

Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él.

El que cree en él no será condenado; por el contrario, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.

Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre. Él es rico en misericordia y nos muestra su bondad en Cristo Jesús.

– Por la Iglesia, en su avance por el desierto de la cuaresma hacia la luz de la Pascua, roguemos al Señor.

– Por los que buscan sinceramente una luz en su vida, roguemos al Señor.

– Por los que se alejan de la luz de Cristo, a causa del mal ejemplo de sus hermanos cristianos, roguemos al Señor.

– Por los que, sin fe, presumen salvarse por sí mismos, con sus obras, roguemos al Señor.

Comentario del evangelio del domingo 4.03 o 3º TC

Queridos amigos:

La expulsión de los comerciantes del templo de Jerusalén por Jesús, es un acontecimiento decisivo en su vida -(la narran los cuatro evangelistas: Jn 2, 13-25, Mt 21, 12-25; Mc 11, 15-19 y Lc 19, 45-48). Es también impresionante por lo que Jesús hace y por cómo lo hace, lleno de una .extraña fuerza, que logra que, en unos minutos, el templo vuelva a ser “casa de oración” (y no “cueva de ladrones”). Debió ser además como un sueño ver el templo sin las cuadras de animales en venta para los sacrificios y sin las mesas de los cambistas. Pero la cosa no gustó para nada a las autoridades y a los afectados.

La razón por la que Jesús actuó así la encuentran los sinópticos en los profetas Isaías (56,7) y Jeremías (7,11), cuyas palabras ponen en su boca. Las autoridades y el pueblo sabían que estaba prohibido el uso del templo para fines profanos, pero lo consentían por razones de conveniencia (y de utilidad para los jefes). Sabían también que, algún buen día, habría de aparecer un profeta o el mismo Mesías, que poniendo el grito en el cielo pondría también las cosas en su sitio. ¿Era eso lo que había pasado? ¿Era Jesús el Mesías? Había respetado a las personas, pero el celo por la Casa de Dios lo devoraba (Sal 69,10) y no pudo menos de hacer lo que hizo.

Los discípulos vieron en ello un signo de que Jesús era el Mesías. Lamentablemente no vieron lo mismo los afectados y los jefes (judíos, los llama Juan), y se apersonaron donde Jesús pidiéndole explicaciones y un milagro como prueba de su autoridad para actuar así. Lo que Jesús hizo no fue exactamente el milagro o hecho portentoso sobrenatural, que ellos esperaban. Pero sí la profecía (y el milagro de los milagros) de su resurrección: destruyan este templo, dijo señalando cuerpo, y en tres días lo reconstruiré. Los judíos lo tildaron de loco, al interpretar mal lo que había dicho de los tres días (Mt 27,40). Pero para nosotros, los creyentes, Jesús no sólo profetizó su resurrección sino que nos hizo entender que desde entonces hay un nuevo templo en la tierra. Más santo y en el que se adora a Dios en espíritu y en verdad: Jesús.

El templo, todo templo levantado por mano de hombres, ha sido reemplazado por un templo más santo, por el Cristo glorificado, del que la Iglesia es su cuerpo resucitado y hace que los bautizados sean morada de Dios (Jn 14,23) y templos vivos del Espíritu Santo (1 Cor 6,19). Será bueno tenerlo en cuenta a la hora de pedir y dar respeto y cuidado al templo material. ¿¡Cuánto más respeto, cuidado y atención, merece la persona? Y nos merecemos y nos debemos nosotros a nosotros mismos.

LECTURAS

DOMINGO III DE CUARESMA

 PRIMERA LECTURA

 La Ley se dio por medio de Moisés

 Lectura del libro del Éxodo              20, 1- 17

         En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras:

Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud.

No tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás ídolos, figura alguna de la que hay arriba en el cielo,

abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra.

No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso:

castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen.

Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos.

No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano, porque no dejará el Señor sin castigo a quien pronuncie su nombre en vano.

Fíjate en el sábado para santificarlo.

Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades.

Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos.

Y el séptimo día descansó; por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.

Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.

No matarás.

No cometerás adulterio.

No robarás.

No darás testimonio falso contra tu prójimo.

No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.

Palabra de Dios.

Forma breve:

Lectura del libro del Éxodo      20, 1-3. 7-8. 12-17

         En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras:

Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud.

No tendrás otros dioses frente a mí.

No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso, porque no dejará el Señor impuro a quien pronuncie su nombre en falso.

Fíjate en el sábado para santificarlo.

Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.

No matarás.

No cometerás adulterio.

No robarás.

No darás testimonio falso contra tu prójimo.

No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.

 

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal   18,  8.  9 10. 11        (R.: Jn 6, 68)

  1. Señor, tú tienes palabra de vida eterna.

        La Ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.

        Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos  y             enteramente justos. R.

        Más precioso que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila. R.

SEGUNDA LECTURA

 Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres,

pero, para los llamados, sabiduría de Dios

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios    1,  22- 25

        Hermanos:

Mientras los judíos exigen milagros, los griegos buscan sabiduría; nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, locura para los paganos; pero, para los que Dios ha llamado –sean judíos  o griegos-, Cristo es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

Pues lo que en Dios parece locura es mucho más sabio que toda sabiduría humana; y lo que en Dios parece debilidad es más fuerte que toda fuerza humana.

Palabra de Dios.

 Versículo antes del evangelio          Jn  3, 16

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único.

Todo el que cree en él tiene vida eterna.

EVANGELIO

 Destruyan este templo, y entres días lo levantaré

 Lectura del santo Evangelio según san Juan  2,  13- 25

        Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

– Quiten esto de aquí; no conviertan en un mercado la casa de mi Padre.

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: el celo de tu casa me devora.

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:

– ¿Qué signos nos muestras para obrar así?.

Jesús contestó:

-Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré.

Los judíos replicaron:

-Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?.

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que había dicho eso, y dieron fe a la Escritura y a la  palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no confiaba en ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie acerca de los hombres, porque él conocía lo que hay dentro de cada hombre.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, que escucha nuestra oración, en medio de su templo, que somos nosotros.

– Por la Iglesia; para que, a través de sus leyes e instituciones, se transparente la ley nueva de Cristo, roguemos al Señor.

– Por los que hacen las leyes y los que urgen su cumplimiento; para que tengan siempre en cuenta los derechos de la persona, atentos, no a intereses de grupo, sino al bien común y principalmente de los más débiles, roguemos al Señor.

– Por los que sufren, víctimas de la injusticia; para que su grito de dolor sea atendido, roguemos al Señor.

– Por nosotros, que nos preparamos, durante la Cuaresma, para celebrar la Pascua; para que nuestro culto sea la expresión de nuestra muerte y resurrección en Cristo cada día de nuestra vida.

 

 

Meditación comentario del evangelio del domingo 25.02 o 2º TC

Queridos amigos:

La Transfiguración del Señor (Mc 9, 2-10) es en sí misma un acontecimiento de la máxima transcendencia, con resonancias pascuales (ya que es como un anticipo de su Resurrección) y escatológicas (ya que es como ha de volver Jesús al final de los tiempos, lleno de la gloria del Padre). Para Marcos encierra además el por qué del llamado secreto mesiánico: el por qué Jesús no quería que los sanados por Él lo pregonasen…

Para realizar su misión Jesús se trazó un Plan, que mantuvo en secreto por un largo tiempo. El Plan tenía que ver ante todo con Él mismo, con su ser y quehacer de Mesías, pero también, indirectamente, con sus seguidores y el entorno. El hombre le había fallado a Dios al desobedecerle y pretender ser como como Dios y dueño del mundo. En contraste Jesús sería y se presentaría como un hombre obediente a Dios, humilde y pobre, el Siervo del Señor… Pero la cosa no iba a ser tan fácil. Esa imagen de Siervo del Señor, sufriente y compasivo, iba a chocar con la imagen que el pueblo se había hecho del Mesías: triunfalista y libertador de su nación (sometida a Roma); e iba a contribuir a que sólo unos pocos le siguiesen (Mc 8,38)

En la realización de su Plan, Jesús fue siempre balanceando las cosas. Hizo con libertad de espíritu lo que tenía que hacer, incluidos los milagros (signos, los llama el evangelista Juan), pero pidiendo siempre a los beneficiados que no lo cuenten a nadie. Así Jesús podía mantenerse siempre como el Siervo de Yahvé -“el Hijo del Hombre”, prefiere llamarlo Marcos- y no alimentar la falsa imagen que se tenía del Mesías. En virtud de este mismo secreto manda callarse a los espíritus malos cuando estos le gritan sabemos quién eres ( Mc 1, 24) Y recrimina a los apóstoles .cuando le piden que desista de su Plan (Mc 8,33) o que los premie con puestos políticos (Mt 20, 22).

El misterio de la Transfiguración del Señor hay que ubicarlo en este contexto. Y considerarlo como un aliciente para sus verdaderos seguidores. Para que cuando más tarde lo vean colgando de una cruz, recuerden lo que entonces vieron y oyeron: Jesús resplandeciente como el sol, con Moisés y Elías conversando con Él, y al Padre Dios llamándolo su Hijo. Para que recuerden y no desmayen en su fe. Así para los apóstoles y para nosotros, la Transfiguración está ahí como un milagro permanente. Para saber en quién hemos puesto nuestra confianza y lo que en definitiva somos (luz de gracia) y esperamos (la resurrección).

LECTURAS

DOMINGO II DE CUARESMA

 PRIMERA LECTURA

 El sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe

 

Lectura del libro del Génesis    22,  1-2.  9-13.  15 .18      

        En aquellos días, Dios puso a prueba a Abraham, llamándole:

Él respondió:

– Aquí me tienes.

Dios le dijo:

– Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré.

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Díos, Abraham levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abraham tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:

– ¡Abraham, Abraham!

Él contestó:

– Aquí me tienes.

El ángel le ordenó:

– No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.

Abraham levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza, Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.

El ángel del Señor volvió a gritar a Abraham desde el cielo:

– Juro por mi mismo-oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 115, 10 y 15. 16-17. 18-19.  (R.: Sal  114, 9)

 Caminaré en presencia del Señor.

         Tenía fe, aun cuando dije:¡Qué desgraciado soy. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles

Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. R.

        Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo, en el atrio de la casa del Señor. En medio de ti, Jerusalén.  R. 

SEGUNDA LECTURA

Dios no perdonó a su propio Hijo

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos

8,  31b- 34

        Hermanos:

Si  Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

El que no perdonó a su Hijo,  sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no va a darnos gratuitamente todas las demás cosas conjuntamente con él?

¿Quién acusará a los elegidos de Dios?  Dios es el que salva.

¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?

Versículo antes del evangelio

En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: este es mi Hijo, el amado; escúchenlo.

EVANGELIO

Éste es mi Hijo amado

Lectura del santo evangelio según San Marcos    9,  2-10

 

        En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió únicamente con ellos. Sus vestidos se volvieron de una blancura deslumbrante, como nadie en el mundo podría blanquearlos.

Se les aparecieron Elías  y Moisés, conversando con Jesús.

Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas,
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

No sabía lo que decía, porque estaban asustados.

Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:

Éste es mi Hijo amado; escúchenlo.

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

– No cuenten a nadie lo que ustedes han victo, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

Esto se les quedo grabado y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, que nos ha dado con Jesucristo, su Hijo.

– Por la Iglesia; que incesantemente se reforme en sus instituciones y se renueve en sus miembros, según el modelo que es Cristo, roguemos al Señor.

– Por los que buscan a Dios sin saberlo, por los que viven sin esperanza; para que puedan descubrir, en la vida de los creyentes, el verdadero rostro del Dios vivo, revelado en Cristo, roguemos al Señor.

– Por los pensadores, los poetas, los artistas, los educadores, los científicos, los técnicos, los legisladores, los gobernantes, y por todos los que colaboran en transfigurar este mundo; para que el común esfuerzo de todos fructifique en una sociedad mejor, según el proyecto de Dios, roguemos al Señor.

-Por nosotros, llamados a pasar de la oscuridad a la luz de la fe: para que no nos desanimemos y confiemos en quien hace nuevas todas las cosas, roguemos al Señor.

Dios, Padre nuestro, que no perdonaste a tu Hijo, sino que lo entregaste a la muerte por nosotros, escúchanos y derrama sobre nosotros tu abundante bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Meditación Comentario del evangelio del domingo 18.02 o 1º TC

Queridos amigos:

Iniciada la Cuaresma -esos 40 días de Retiro de Jesús y nuestro- les sugiero vivirla con el Espíritu Santo. Así lo hizo Jesús (Mc 1,12-15), y así debiéramos hacerlo nosotros. Iniciarla, acompañarla y terminarla, con el Espíritu Santo. Ese mismo Espíritu, que como si fuera una paloma, entró en Él, en la epifanía del Jordán, mientras su Padre Dios lo proclamaba su Hijo amado (Mt 3,16-17). En vez de entrar a la Cuaresma dispuestos a hacer cada día una lista de oraciones, penitencias y caridades, les invito a entrar sencillamente como lo hizo Jesús: animados y llevados por el Espíritu. Para el evangelista Marcos, que nos relata la Cuaresma de Jesús, eso fue lo más importante.

Por su parte y abundando en el tema, el evangelista Lucas nos dice que el Espíritu no sólo llevó a Jesús al Retiro en el desierto, sino que estuvo con Jesús en cuanto allí El hizo (Lc 4,1): su oración y penitencia, su decisión de ser el Mesías profetizado y no el soñado por las autoridades y el pueblo, su rechazo de las tentaciones y del diablo… Hasta que, vencedor y presto a desempeñar su rol de Mesías, el mismo Espíritu lo llevó con su poder a Galilea (Lc 4,14). Qué bueno si este año en vez de proponernos hacer tantas cosas en la cuaresma, nos ponemos a disposición del Espíritu y nos dejamos conducir por él..

Como Jesús, debiéramos empezar, continuar y terminar la Cuaresma llenos del Espíritu, más que de nosotros mismos. Sólo con sus luces y fuerzas llegaremos más fácilmente a Dios (experiencia de fe y de oración), entraremos en un mejor contacto con nosotros mismos y con nuestros prójimos (experiencia de la Ley de Oro del evangelio: hacer a los otros lo que queremos que ellos nos hagan a nosotros), y nos conformaremos más a Jesucristo (experiencia pascual), hasta ser resucitados en la Pascua por el Espíritu, como resucitó al Señor (Rom 8,11). Entonces nos sentiremos discípulos misioneros de Jesús e iremos por todas partes anunciando al Señor y estableciendo su Reino. Es lo que Él hizo después de su Cuaresma (Mc 1,15; Lc 4,14)

Antes, buscando siempre desde el Espíritu la voluntad del Padre Dios, Jesús tuvo que resolver algunas dudas y tomar las decisiones correspondientes. Por ejemplo la de  dejar Judea e iniciar su evangelización en Galilea…, si el asunto que Juan se traía entre manos -el non licet a la amante de Herodes-, terminaba mal, como terminó (Mc 6, 14-29). Y esta otra, sin duda mucho más importante: presentarse como Mesías, pero sin poder político ni social ni eclesial. Sólo como Hijo del Hombre, que, con su compasión, revela el amor que el Padre nos tiene.

LECTURAS

1º TIEMPO DE CUARESMA

 DOMINGO I DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA

El pacto de Dios con Noé salvado del diluvio 

Lectura del libro del Génesis    9, 8-15

        Dios dijo a Noé y a sus hijos:

– Voy a establecer mi alianza con ustedes y con sus descendientes, con todos los animales que los acompañaron: aves, ganado, fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Ésta es mi alianza con ustedes: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.

Y Dios añadió:

-Ésta es la señal de la alianza que establezco con ustedes para siempre y con todos y con todos los seres vivos que los han acompañado: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi alianza con ustedes y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir las vivientes.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal. 24, 4bc-5ab. 6-7bc. 8-9      (R.: cf.10)

  1. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad.

       Señor enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

         Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas. Acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R.

         El señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R. 

SEGUNDA LECTURA

Actualmente los salva el bautismo

 Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro   3, 18-22

         Queridos hermanos:

Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.

Con este Espíritu fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que habían sido rebeldes en los tiempos de Noé, cuando la paciencia de Dios aguardaba, mientras de construía el arca, en la que unos pocos –ocho personas- se salvaron cruzando las aguas.

Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente los salva a ustedes y que no consiste  en limpiar una suciedad corporal, sino en implorar a Dios una conciencia pura, por la resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro, que llegó al cielo, está sentado a la derecha de Dios y se le sometieron ángeles, dominaciones y potestades.

Palabra de Dios.

Versículo antes del evangelio  Mt 4, 4b

No sólo de pan vive el hombre,

sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO

Se dejaba tentar por Satanás y los ángeles le servían

Lectura del santo Evangelio según san Marcos  1,  12-15

En aquel tiempo, el Espíritu llevó a Jesús al desierto.

Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre las fieras salvajes, y los ángeles le servían.

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

– Se ha cumplido el plazo. Está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, en este tiempo de gracia, en este día de salvación.

– Por la  Iglesia, empujada, como Cristo, por el Espíritu, al desierto de la cuaresma; para que se vea fortalecida en la lucha contra las fuerzas del mal, roguemos al Señor.

– Por tantos “espíritus encarcelados”; para que puedan escuchar la palabra de aliento que necesitan, y asirse a la mano amiga que los levante, roguemos al Señor.

– Por los movimientos interesados en la conservación de la naturaleza y en la preservación del medio ambiente; para que perseveren en la llamada de atención a la responsabilidad de todos, roguemos al Señor.

– Por nosotros aquí reunidos, que queremos entrar en la Cuaresma; para que podamos vivir la experiencia del encuentro con Dios en Cristo, creamos y nos convirtamos sinceramente, roguemos al Señor.

– Dios, Padre nuestro, paciente y misericordioso, que salvaste a Noé del diluvio y a Jesucristo, tu Hijo, de la muerte; escucha nuestras súplicas y no nos dejes caer en la tentación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Meditación comentario del evangelio del domingo 11.02 o 1º TC

Queridos amigos:

La curación de un leproso es el título del evangelio de hoy (Mc 1, 40-45), en el que Jesús se muestra acogedor, compasivo, audaz y todopoderoso, al curarlo. Y cumplidor de la ley, cauto, comprensivo y humilde, al enviarlo a los suyos, una vez sanado, en lo que se ha dado en llamar el secreto mesiánico: no le digas a nadie que te he curado. Todos esos calificativos referidos a Jesús le caen de maravilla, pero si le hubiésemos preguntado con cuál de ellos se quedaba, la respuesta no se hubiera hecho esperar: compasivo, habría dicho. ¡Compasivo y misericordioso! Es lo que Él fue y como quiso ser visto siempre. Me pregunto si pasa igual con nosotros.

Decir que Jesús fue un hombre todocompasivo no es poco, pero tampoco es sufuciente. Habría que añadir que para Él la compasión es, debe ser, el alma de todo. Hoy diríamos que vino a traernos la cultura de la compasión, empezando por revisar nuestra idea de Dios y del prójimo. Dios ciertamente es infinito en todo y posee en plenitud todos los atributos, pero, cara a nosotros, quiere ser reconocido como amor. No sólo que Dios es amor (1 Jn, 4,16) y que tiene entrañas de misericordia y compasión (Col 3,12), sino que siendo tan justo como misericordioso, optó por tratarnos en esta vida sólo con misericordia y compasión, y dejar la justicia para la otra (y/o para su Hijo en ésta) (Lc 15, 11-32). Por otra parte, lo que Dios espera de nosotros es compasión más que ofrendas y sacrificios (Mt 9,13; 12,7).

La cultura de la compasión nos pide revisar también nuestra visión y trato con el prójimo, con el que hay que ser siempre compasivo, como nos lo pide en la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25, 37). Como dice el Señor, prójimo de quien está en necesidad es el que es compasivo con él. Vete y haz tú lo mismo, añade Jesús. Es sintomático que el único mandamiento que dio el Señor a sus seguidores es que nos amemos unos a otros como Él nos amó. Y que, sin pedírselo, nos recuerde que el amor al prójimo es un mandamiento semejante al primero (amar a Dios) y medida del mismo. Como si fuera poco, nos dijo que la Ley de Oro de la vida espiritual y la moral es hacer al otro lo que tú quieres que te hagan a ti (Lc 6, 31).

Decididamente, compasión y compasivo, son  palabras claves para entender la vida de Jesús y su mensaje. Lo son también para comprender y vivir la Biblia, la Religión y la Sociedad, pues sin compasión no tienen sentido. Para Jesús no hay otra manera de ser hombre, de ser cristiano y de acercarse a Dios, que siendo compasivo y misericordioso. Es lo que Él fue por encima de todo. Y es lo que quiere que seamos nosotros. 

LECTURAS

DOMINGO VI

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

 El leproso tendrá su morada fuera del campamento

Lectura del libro del Levítico    13, 1 – 2. 44 – 46 

        El Señor dijo a Moisés y Aarón:

– Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro, porque tiene lepra en la cabeza.

El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: ¡impuro, impuro!

Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá sólo y tendrá su morada fuera del campamento.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  31,  1-2.  5. 11   (R.: cf. 7)

  1. Tú eres mí refugio, me rodeas de cantos de liberación.      

Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. R. 

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: Confesaré al Señor mi culpa, y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R. 

Alegrénse, justos, y gocen con el Señor;       aclámenle, los de corazón sincero. R. 

SEGUNDA LECTURA

Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios   10, 31- 11,1 

Hermanos:

Cuando ustedes coman o beben o hagan cualquier cosa, háganlo todo para gloria de Dios.

No den motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la  Iglesia de Dios. Por mi parte, yo procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven.

Sigan ustedes me ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo.

Palabra de Dios. 

Aleluya     Lc  7, 16 

Un gran profeta ha surgido entre nosotros

Dios ha visitado a su pueblo.

Evangelio

La lepra se le quitó y quedó limpio

Lectura del santo Evangelio según San Marcos  1,  40- 45

        En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:

– Si quieres, puedes limpiarme.

Jesús sintió compasión, extendió la mano y lo tocó, diciendo:

– Quiero; queda limpio.

La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.

Él lo despidió, encargándole severamente:

– No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.

Pero él salió y se puso a pregonarlo y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba afuera, en descampado; y aun acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios. Él es nuestro refugio.

Por la Iglesia, enviada por Cristo a anunciar el Evangelio, acogiendo a todos, reconciliando a todos, roguemos al Señor.

– Por las instituciones sanitarias y por los profesionales de la medicina, roguemos al Señor.

– Por los que se sienten marginados de la sociedad, despreciados: por el color de su piel, por pertenecer a otra clase social, por su reputación moral, roguemos al Señor.

– Por nosotros, que hacemos injustamente distinción de personas, que clasificamos y ponemos al margen, que rehusamos el trato y condenamos al aislamiento, roguemos al Señor.

Señor, Dios nuestro, tú acoges a todos y no haces acepción de personas; escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.