Liturgia

Comentario del evangelio del domingo 22.07. o 16º TO

Queridos amigos:

¿Se considera usted una persona compasiva? Se lo pregunto porque es el tema del evangelio de hoy (Mc 6, 30-34), que nos habla de la compasión de Jesús. Jesús tiene compasión de sus apóstoles, que regresan cansados después de la misión, y tiene compasión de la gente, que viene a su encuentro y que anda como ovejas sin pastor. Sin duda mucha de esa gente venía de los pueblos misionados por los apóstoles, conmocionada por lo que habían visto y oído (Mc 6, 7-13). La compasión de Jesús para con los apóstoles, le lleva a buscar un sitio tranquilo donde puedan descansar un rato, sin la presión de la gente. Su compasión para con la gente le lleva a volver a hablarles del Reino y a curar a cuantos lo necesitan (Lc 9,11).

La compasión, en cuanto expresión del amor misericordioso, es lo máximo en Dios y en Jesucristo. Cara a nosotros, claro. Es la virtud de la que Dios hace más gala en el Antiguo Testamento, siempre compasivo con su pueblo. Hasta que un buen día, en un exceso de su compasión, decidió hacerse hombre en Jesucristo para hacer suyo el dolor de los que sufren y compadecerse de nuestras miserias. Obviamente la compasión debe ser también lo máximo en el cristiano. Sin compasión, nos volvemos egoístas, inhumanos y estériles. Con compasión, nos abrimos a los demás y somos humanos y creativos. Es el caso de San Vicente.

De la compasión se han dicho cosas bellas y verdaderas. Por ejemplo, que es la flor de la misericordia, y que su fruto es el amor afectivo (ternura) y efectivo (hechos). Yo prefiero referirme a los siguientes elementos que conforman la compasión, a saber, la atención, la comprensión, la aceptación, la ayuda y la búsqueda de colaboración. Sabiendo que cuanto mejor los practicamos más compasivos somos y viceversa. ¿Va usted por la vida siempre atento a las necesidades de los demás? ¿Las comprende y hace suyas entrando en sus sentimientos y sufrimientos? Si la respuesta es SI, entonces usted está en vías de tener un corazón compasivo

Tendrá un corazón compasivo si, a lo anterior, junta la ayuda y la búsqueda de colaboración. Ante todo la ayuda, pues, como decía S. Vicente de Paul, “la mano tiene que hacer todo lo posible por conformarse con el corazón”. Su compasión será perfecta si, al mismo tiempo que actúa, busca reforzar su acción de ayuda haciendo que otros muchos entren en el problema. Entonces, la compasión, además de ser efectiva se torna eficaz y duradera o permanente. Es lo que hizo Jesús, cuando, compadecido del pobre pueblo que andaba como ovejas sin  pastor, pidió colaboradores (Mt 9, 32-36).

LECTURAS

DOMINGO XVI

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

 Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores

Lectura del libro de Jeremías   23,  1- 6

        ¡Ay de los pastores que dispersan

y dejan que se pierdan las ovejas de mi rebaño!

-oráculo del Señor-.

Así dice el Señor, Dios de Israel:

-A los pastores que pastorean a mi pueblo:

Ustedes han dispersado y ahuyentado mis ovejas,

y no las han cuidado:

pues yo les tomaré cuentas,

por la maldad de sus acciones

-oráculo del Señor-.

Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas

de todos los países adonde las expulsé,

y las volveré a traer a sus praderas,

para que crezcan y se multipliquen.

Les pondré pastores que las pastoreen;

ya no temerán ni se espantarán,

y ninguna se perderá

-oráculo del Señor-.

Miren que llegan días

-oráculo del Señor

en que suscitaré para David un germen justo;

reinará como rey prudente,

practicará el derecho y la justicia en la tierra.

En sus días se salvará Judá

e Israel habitará en paz.

y lo llamarán con este nombre:

El-Señor-nuestra-justicia.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  22,  1-3a. 3b-4… 5.6     (R.: 1)

El Señor es mi pastor, nada me falta.

         El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia las fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

         Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa. R.

         Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término. R.

 SEGUNDA LECTURA

Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos uno solo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios  2,13-18

        Hermanos:

Ahora, gracias a Cristo Jesús y en virtud de su sangre, los que un tiempo estuvieron lejos, ahora estarán cerca.

Él es nuestra paz.

Él ha hecho de los dos pueblos uno solo derribando con su cuerpo el muro que los separaba: el odio.

Él ha abolido la ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear en si mismo con los dos pueblos un solo hombre nuevo

Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.

Vino y trajo la noticia de la paz: paz a ustedes, los de lejos; paz también a los de cerca.

Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

Palabra de Dios.

Aleluya     Jn     10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz

-dice el Señor-,

y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO

Andaban como ovejas sin pastor

Lectura del santo Evangelio según san Marcos  6, 30- 34

      En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo:

-Vengan ustedes solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.

Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.

Se fueron en la barca a un sitio tranquilo y apartado.

Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y sintió compasión de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor  se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, Él es nuestro Pastor.

– Por el Papa, por los obispos, por todos los que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia, roguemos al Señor.

– Por los gobernantes de todas las naciones, responsables principales de la promoción cultural; del desarrollo económico y de una más justa distribución de la riqueza, roguemos al Señor.

– Por todos los que se sienten marginados en la sociedad, sin  poder apenas hacer oír su voz, roguemos al Señor.

Por nosotros, miembros de la iglesia, llamados a compartir la solicitud pastoral de Cristo, roguemos al Señor.

Señor, Dios nuestro, tú has constituido a Jesucristo Pastor de tu Iglesia; apiádate de nosotros; reúnenos en tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Comentario del evangelio del domingo 15.07 o 15º TO

Queridos amigos:

Buscar, formar y enviar misioneros, fue la tarea fundamental y constante de Jesús. Como lo es de la Iglesia. Y tiene que serlo si con Jesús quiere establecer el Reinado del Padre Dios en el mundo, que es para lo que Él vino. Para ello buscó discípulos, los preparó y los envío como misioneros, a 12 de los cuales constituyó en apóstoles (Mc 1, 14-20, 3, 13-19). Tuvo otros muchos, que quedaron como discípulos misioneros. Por ejemplo, los 144 que Jesús envió por los pueblos a proclamar la Buena Nueva de su cercano arribo (Lc 10, 1-23). A Dios gracias y como ustedes saben, hoy la Iglesia que está en América Latina y el Caribe, ha retomado esta práctica de Jesús tal como lo pide “Aparecida” (2007).

En relación con la Misión, Jesús tuvo ciertamente una visión y plan misioneros de largo alcance, y otro de corto alcance y plazo. Como el que recoge Marcos en el evangelio de hoy (Mc 6, 7-13, repetido en Lc 9, 1-11; y ampliado en Mt  10, 1-42). Para llevar a cabo el Plan de Largo Plazo, Jesús fundó la Iglesia a la que le dio el mandato de evangelizar el mundo entero (Mt 28, 19-20), Para llevar a cabo el Plan de Corto Plazo, casi de emergencia, Jesús envió a sus 12 apóstoles, a quienes había preparado y capacitado a lo largo de varias meses (Mc 3, 13-14).

Las indicaciones y las facultades que Jesús dio a los apóstoles para su primera misión son interesantes, pero lo son más, leyendo entre líneas, la urgencia y la necesidad, que para Jesús tiene la Misión. De las indicaciones, quiero mencionar sólo dos: la de ir de dos en dos y la de ungir con óleo a los enfermos para sanarlos (Mc 6,13; Stgo 5,14), que es lo que hoy hacemos en el sacramento de la unción de los enfermos. ¡Miren si no es antigua esta práctica de la unción! De las facultades, quiero mencionar estas tres: predicar, curar y exorcizar o expulsar demonios…  “¡Ay de mi si no evangelizo!”, dirá más tarde Pablo haciéndose eco de la  necesidad de misionar (1 Cor 9,16)

Y ¡ay de mí si no evangelizo!, nos ha dicho la Iglesia que está en nuestro Continente, al mismo tiempo que lanzaba la Misión Continental en cada país, en cada diócesis y en cada parroquia. Algo nuevo y grande está pasando y tiene que notarse, se dijo Jesús cuando envió sus apóstoles al pobre pueblo, que andaba como ovejas sin pastor (Mc 6,34). Ser “discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan vida en Él” (Jn 14, 6), es lo que nos pidieron los Obispos de América, al lanzar la Nueva Evangelización del Continente, que incluye la misión permanente de las parroquias, tal como lo está haciendo la nuestra, liderada por MISEVI.

Lecturas

DOMINGO XV

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

 Ve y profetiza a mi pueblo

Lectura de la profecía de Amos        7,  12- 15

         En aquellos días dijo Amasías, sacerdote de Betel, a Amos:

-Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizare en Betel porque es un santuario del rey y templo principal del reino.

Respondió Amos:

– No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos.

El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  84, 9ab-10.  11-12.  13- 14   (R.: 8)

Muéstranos, Señor, tu misericordia   y danos tu salvación.

         Voy a escuchar lo que dice el Señor:

Dios anuncia la paz

a su pueblo y a sus amigos.

La salvación está ya cerca de sus fieles,

y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

        La misericordia y la felicidad se encuentran,

la justicia y la paz se besan;

la fidelidad brota de la tierra;

y la justicia mira desde el cielo. R.

        El Señor nos dará lluvia,

y nuestra tierra dará su fruto.

la justicia marchará ante él,

la salvación seguirá sus pasos. R.

 SEGUNDA LECTURA

Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo

Lecturas de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3- 14

        Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo

con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,  antes de crear el mundo;

para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el  amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,  por pura iniciativa suya,

a ser sus hijos,  para que la gloria de su gracia,

que tan generosamente nos ha concedido en su querido  Hijo, redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados, El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia

ha sido un derroche para con nosotros,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo

cuando llegase el momento culminante:

recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

Por medio de él hemos sido hechos herederos.

A esto estábamos destinados

por decisión del que hace todo según su voluntad.

Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo,

seremos alabanza de su gloria.

Y también ustedes,

que han escuchado la palabra de verdad,

el Evangelio de salvación, en el que creyeron,

han sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido,

el cual es garantía de nuestra herencia,

para liberación del pueblo adquirido por Dios,

para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios.

        Aleluya     cf.    Ef   1, 17- 18

El Padre de nuestro Señor Jesucristo

ilumine los ojos de nuestro corazón,

para que comprendamos cual es la esperanza

a la que nos llama.

EVANGELIO

Los fue enviando

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6,  7- 13

         En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos.

Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.

Y añadió:

– Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de aquel lugar.

Y si en algún sitio no los reciben ni los escuchan, márchense de allí, sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia.

Ellos salieron a predicar la conversión, echando muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre. En Cristo nos bendice con toda clase de bienes.

– Para que la Iglesia, enviada por Cristo al mundo, pueda anunciar el Evangelio en todas partes con entera libertad, roguemos al Señor.

– Para que los poderes de este mundo, que impiden y obstaculizan el anuncio del Evangelio, depongan su actitud de recelo, roguemos al Señor.

– Para que las Iglesias perseguidas, reducidas al silencio, perseveren en su fidelidad al Evangelio y no desfallezcan en las pruebas, roguemos al Señor.

– Para que nosotros, aquí reunidos, nos sintamos enviados, como los Doce, dondequiera que nos encontremos, para dar testimonio de nuestra fe, roguemos al Señor.

Señor, Dios nuestro, atiende nuestras súplicas; que tu palabra nos convierta, nos libere, nos cure. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Comentario del evangelio del domingo 8.07.2018

Queridos amigos:

¡¿Quién es este Jesús?! ¡¿De dónde le viene todo lo que sabe y hace?! (Mc 6,2), es la pregunta que se hicieron sus paisanos de Nazaret, asombrados ante la sabiduría con la que hablaba y los milagros que hacía. ¡¿Quién es Jesús?! es la pregunta que Marcos quiere que nos hagamos todos, personas y grupos. Pero no teóricamente, de memoria, sino de verdad, interpelados, cuestionados, conmocionados por Jesús, hasta que nos demos una respuesta que cambie nuestras vidas; que nos lleve a tomar partido: por Él o contra Él. No se admiten neutrales (Mt 12, 30).

Lo que, en el evangelio de hoy (Mc 6, 1-6), nos cuenta Marcos de la visita de Jesús a su pueblo Nazaret, es un ejemplo de lo que les digo. Jesús quiso dar a su pueblo, personalmente, la primicia sobre quién de verdad era Él, y allí se fue, acompañado de los Doce. La fama de que era un Gran Profeta y de que hacía milagros, había llegado al pueblo hacía ya tiempo y lo había dividido en dos bandos: “los en contra” de Jesús y “los a favor” (sus parientes con María a la cabeza).

“Pueblo chico, infierno grande”, es lo que resultó ser Nazaret. Aquí y ahora, yo quiero referirme sólo a la reacción del bando de los no creyentes en Jesús y cómo se convierten pronto en fanáticos y violentistas. En este caso, quisieron matar a Jesús, tirándolo barranco abajo. Pero Él “pasó por entre medio de ellos y se fue” (Lc  4, 29-30). Los argumentos de los no-creyentes, si se los puede llamar argumentos, se reducen a uno: ¡Esto no puede ser y además es imposible! No les cabe en la cabeza lo que están viendo y oyendo! “¡¿De dónde le viene todo esto?!

Le han visto crecer y hacerse un adulto joven de 30 años, acompañando a su madre María y relacionándose con sus primos y primas hermanos, bastante numerosos. Nada muy especial en su vida, salvo su comportamiento siempre correcto, su participación fervorosa y atinada en la sinagoga, los sábados. Pero de aquí a lo que es y hace ahora hay un abismo. ¿Quién le ha enseñado esa sabiduría? ¿Y de dónde ese poder de hacer milagros? No pueden dar crédito a lo que ven. Tiene que haber algún truco…

Es la tragicomedia de los incrédulos de entonces y de los agnósticos y ateos de hoy. Están a un paso de creer, pero no dan el paso. Les falta sólo dar fe a lo que ven…, pero por ceguera espiritual (soberbia y obstinación, muchas veces), prefieren negar la evidencia. Es imposible, dicen. Y como no se lo imaginan o no pueden experimentarlo, no lo creen. ¡Qué pena! ¡No saben lo que se pierden!

 

Lecturas

DOMINGO XIV

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos

Lectura de la profecía de Ezequiel               2, 2- 5

    En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía:

-Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el día de hoy. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas: “Esto dice el Señor:” Te hagan caso o no, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial      Sal  122, 1-2a. 2bcd. 3-4  (R.: 2cd)

  1. Misericordia, Señor, misericordia.

    A ti levanto mis ojos,

a ti que habitas en el cielo.

Como están los ojos de los esclavos

fijos en las manos de sus señores. R.

    Como están los ojos de la esclava

fijos en la mano de su señora,

así están nuestros ojos

en el Señor, Dios nuestro,

esperando su misericordia. R.

    Misericordia, Señor, misericordia,

que estamos saciados de desprecios;

nuestra alma está saciada

del sarcasmo de los satisfechos,

del desprecio de los orgullosos. R.

SEGUNDA LECTURA

Presumo de mis debilidades,

porque así residirá en mí la fuerza de Cristo

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios   12,  7b – 10

    Hermanos:

Para que no tenga soberbia, me han clavado una espina en la carne; un ángel de Satanás que me abofetea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido:

Te basta mi gracia; la fuerza se manifiesta en la debilidad.

Por eso muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.

Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Palabra de Dios.

Aleluya        Lc  4,  18

El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres.

EVANGELIO

No desprecian a un profeta más que en su tierra

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 1 -6

        En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:

– ¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanos ¿No viven con nosotros aquí?

Y esto les resultaba escandaloso.

Jesús les decía:

– No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.

No puedo hacer allí ningún milagro, sólo curo algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor. Nuestros ojos están fijos en él, esperando misericordia.

– Por todos los que han recibido en la Iglesia el encargo de anunciar la palabra de Dios; para que, fieles al mensaje, sepan presentarlo a todos con lenguaje inteligible, roguemos al Señor.

– Por los que no dan crédito al Evangelio que resuena en sus oídos; para que sean capaces de reconocer la palabra salvadora de Dios en la envoltura de la palabra humana, roguemos al Señor.

– Por los que rechazan toda autoridad, todo magisterio, y pretenden conducirse a sí mismos; para que reconozcan su extravío y depongan su autosuficiencia, roguemos al Señor.

– Por nosotros, aquí reunidos; para que escuchemos la palabra de Dios, meditándola en nuestro corazón, y así influya en nuestra vida, roguemos al Señor.

Señor, dios nuestro, haznos dóciles a tu palabra; escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Comentario del evangelio del Domingo de Ramos

Queridos amigos:

Domingo de Ramos es un muy buen día para iniciar la Semana Santa y, sobre todo, el Triduo Pascual. Como recordarán, Muerte y Resurrección son los dos componentes esenciales del Misterio Pascual, que celebramos en esta semana. Pues bien, en los evangelios de la Fiesta de Ramos se nos habla de muerte y de vida. De vida y éxito en el evangelio de la bendición de los ramos y entrada triunfal de Jesús en Jerusalem (Mc 11, 1-10), que llegarán a su clímax en el Domingo de Pascua con la Resurrección. De muerte y aparente fracaso, en el evangelio de la misa que sigue a la procesión de los ramos (Mc 14, 1-15.47), que se concretarán en la Muerte del Señor el Viernes Santo.

Pero hoy es hoy y aunque Jesús sabe muy bien todo lo que le espera, quiere darse un día de gloria, como lo hizo en la Transfiguración (Mc 9, 2-10), un día que sea al mismo tiempo una gran y nueva oportunidad para que su pueblo recapacite y lo acepte como el Mesías esperado. Estaba escrito que el Mesías entraría en Jerusalén montado en un borriquillo (= un cadillac de hoy), entre gritos de júbilo y agitar de palmas (Is 62,11; Za 9, 9). Es lo que hace Jesús, con harto escándalo de los fariseos que le reprochan el que esté haciéndose pasar por el Mesías, y le exigen que haga callar a la gente que le aclama. La respuesta de Jesús no se hizo esperar, tajante: “si estos callan, gritarán las piedras”.

Desde entonces los cristianos venimos celebrando esta entrada triunfal de Jesús en Jerusalem, reconociéndolo como el Cristo e Hijo de Dios. Y le acompañamos entre cantos y agitar de palma y ramos de olivo, uniéndonos a su fiesta. Una buena ocasión ciertamente para proclamarlo como nuestro Rey y Señor y para dar testimonio público de nuestra fe en El. Una buena ocasión también para renovar nuestra adhesión al Señor y para hacerla más patente, leal y valiente.

Llama la atención la manera sencilla con la que, en este día, los fieles expresan su fe: con unos ramos de olivo, que elevan y agitan, significando la elevación de sus almas y la preocupación por los demás. Estos ramos son tan importantes que hacen que este Domingo se llame de Ramos. Y que los bendigamos para que se conviertan en un sacramental, es decir en signo sensible de nuestra fe en el Señor y de su favor por nosotros. Es por ello que los colocamos detrás de la puerta de la casa, para que el Señor la defienda y nos defienda.

Que “tus hijos sean como renuevos de olivo en torno a tu mesa, Señor” (Sal 128). Y que este inicio de la Semana Santa nos anime a vivir santamente cada día de la semana.

LECTURAS

DOMINGO DE RAMOS

PROCESIÓN DE LAS PALMAS

EVANGELIO

Bendito el que viene en nombre del Señor

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles:

-Vayan al poblado de enfrente. Al entrar en él, encontrarán un burrito atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo. Y si alguien les pregunta porque lo hacen contéstenle: “El Señor lo necesita y lo devolverá pronto”.

Fueron y encontraron el burrito en la calle, atado a una puerta, y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron:

-¿Por qué tienen que desatar el burrito?

Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.

Llevaron el burrito, le echaron encima sus mantos, y Jesús montó en él. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo, Los que iban delante y detrás gritaban:

-¡Hosanna en el cielo!

Palabra del Señor.

PRIMERA LECTURA

No me tapé el rostro ante los ultrajes,

sabiendo que no quedaría defraudado

 Lectura del libro de Isaías     50,  4-7-

 

        Mi Señor me ha dado lengua de discípulo, para saber decir al abatido una palabra de aliento.

Cada mañana me despierta el oído, para que escuche como los discípulos.

El Señor me abrió el oído, y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me golpeaban,

las mejillas a los que tiraban mi barba; no me tape el rostro ante ultrajes ni salivazos.

El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como roca, sabiendo que no quedaría defraudado.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  21, 8-9.  17-18a.  19-20.  23-24  (R.: 2a)

  1. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

        Al verme, se burlan de mí, hacen muecas, menean la cabeza: Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo  libre,  si tanto lo  quiere. R.

       Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R.

Se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.

      Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor alábenlo: linaje de Jacob, glorifíquenlo; témanlo linaje de Israel. R.

SEGUNDA LECTURA

Se rebajó: por eso Dios lo levantó sobre todo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses        2, 6-11

         Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios le levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios.

Versículo antes del evangelio  Flp   2,  8-9

Cristo por nosotros, se sometió incluso a la muerte,

y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo

y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre.

EVANGELIO

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 14 ,  1 15,  47

Pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte

  1. Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y de los panes ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas andaban buscando el modo de arrebatar a Jesús con engaño y darle muerte. Pero decían:
  2. No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo.

Se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura

  1. Estando Jesús en Betania , en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un  frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y lo derramó en la cabeza de Jesús. Algunos comentaban indignados:

    S- ¿A  que viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres.

  1. Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:

–   Déjenla, ¿por qué la molestan? o que ha hecho conmigo esta bien. Porque a los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran; pero a mí no me tienen siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Les aseguro que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho está mujer.

Prometieron dinero a Judas Iscariote

  1. Judas Iscariote uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo se alegraron y le prometieron dinero. Él andaba buscando ocasión propicia para entregarlo

¿Dónde está la habitación

En que voy a comer la Pascua con mis discípulos?

  1. El primer día de los ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús:
  2. ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?>
  3. Él envío a dos discípulos, diciéndoles:

 –      Vayan a la ciudad, encontrarán un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo y, en la casa en que entre, díganle al dueño:

“Ël Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Él les mostrará en el piso de arriba una

sala grande y bien alfombrada. Prepárennos allí la cena>.

  1. Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.

Uno de ustedes me va a entregar

uno que está comiendo conmigo

  1. Al atardecer fue él con los Doce. Mientras estaban a la mesa comiendo, dijo Jesús:

 – Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar: uno que está comiendo conmigo.

  1. Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
  2. ¿Seré yo?
  3. Respondió:

 –  Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre! ¡Más le valiera no haber nacido!.

Esto es mi cuerpo. Este es mi sangre, sangre de la alianza

  1. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:

 –  Tomen, esto es mi cuerpo.

  1. Y, tomando en sus manos una copa, pronunció la  acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.

Y les dijo:

–  Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.

 

Antes que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres

 

  1. Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les dijo:

 –  Todos ustedes se van a escandalizar, como está escrito:

“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas”. Pero, cuando resucite, iré antes que ustedes a Galilea.

  1. Pedro replicó:
  2. Aunque todos te abandonen, yo no.
  3. Jesús le contestó:

 –  Te aseguro que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.

  1. Pero él insistía:
  2. Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
  3. Y los demás decían lo mismo.

Empezó a sentir terror y angustia

  1. Fueron a un huerto, que llamaban Getsemaní, y dijo a sus discípulos:

–  Siéntense aquí mientras voy a orar.

  1. Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:

 –  Me muero de tristeza; quédense aquí velando.

  1. Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y dijo:

 –  ¡Abba! (Padre), tú lo puedes todo; aparta de mí este cáliz.

Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.

  1. Volvió y, al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:

–  Simón, ¿duermes?; ¿no has podido velar ni una hora?

Velen y oren, para no caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil.

  1. De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vez dormidos, pues sus ojos se cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle. Volvió por tercera vez y les dijo:

 –  ¿Todavía están dormidos y descansando? ¡Basta ya! Ha llegado la hora; miren que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ‘Levántense, vamos! Ya  está cerca el que me va a entregar.

Arréstenlo y llévenlo bien custodiado

  1. Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
  2. Al que yo bese, ése es; arréstenlo y llévenlo bien custodiado.
  3. Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo:
  4. – ¡Maestro!
  5. Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo arrestaron.

Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:

–  ¿Han salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario estaba con ustedes enseñando en el templo, y no me detuvieron. Pero, es necesario que se cumplan las Escrituras.

  1. Y  todos lo abandonaron y huyeron.

Lo iba siguiendo un muchacho, cubierto tan solo con una sábana. Lo detuvieron, pero él soltando la sábana se escapó desnudo.

¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?

  1. Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se reunieron todos los sumos sacerdotes y los ancianos y los escribas, Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del palacio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados junto al fuego para calentarse.

Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte; y no lo encontraban. Pues aunque muchos daban falso testimonio contra él, diciendo:

  1. Nosotros le hemos oído  decir: “Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro no edificado por hombres”.
  2. Pero ni en eso concordaban los testimonios.

El sumo sacerdote se puso en pie en medio e interrogó a Jesús:

  1. ¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?
  2. Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo, preguntándole:
  3. ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?
  4. Jesús contestó:

–      Si, lo soy. Y verán que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.

  1. El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, diciendo:
  2. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Han oído la blasfemia. Ustedes ¿Qué dicen?
  3. Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a  escupirle y, tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:
  4. Adivina quien fue.
  5. Y los criados le daban bofetadas.

No conozco a ese hombre de quien ustedes hablan

  1. Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llegó una criada del sumo sacerdote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo:
  2. También tú andabas con Jesús, el Nazareno.
  3. Él lo negó, diciendo:

S.-  Ni sé ni entiendo lo que quieres decir.

  1. Salió fuera, a la entrada, y un gallo cantó.

La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:

  1. Éste es uno de ellos.
  2. Y él volvió a negar.

Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:

  1. Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo.
  2. Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
  3. No conozco a ese hombre de quien ustedes hablan.
  4. Y en seguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres, y se echó a llorar.

¿Quieren que les suelte al rey de los Judíos?

  1. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.

Pilato le preguntó:

  1. ¿Eres tú el rey de los Judíos?
  2. Él respondió:

 –   Tú lo dices.

  1. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas.

Pilato le preguntó de nuevo:

  1. – ¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.
  2. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado.

Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre.

Pilato les contestó:

S.-    ¿Quieren que les suelte al rey de los Judíos?

  1. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.

Pero los sumos sacerdotes alborotaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.

Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:

  1. ¿Qué hago con el que ustedes llaman rey de los Judíos?
  2. Ellos gritaron de nuevo:
  3. ¡Crucifícalo!
  4. Pilato les dijo:
  5. Pues ¿qué mal ha hecho?
  6. Ellos gritaron más fuerte:
  7. ¡Crucifícalo!
  8. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

Le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado

  1. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio- y reunieron a toda la tropa. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
  1. ¡Salve, rey de los judíos!
  2. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él-

Terminada la burla, le quitaron el manto de color púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo.

Llevaron a Jesús al Gólgota y lo crucificaron

  1. Y a un tal Simón, natural de Cirene, el padre de Alejandro y Rufo, que al regresar del campo pasaba por allí, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús.

Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de “la calavera”), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó.

Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.

Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero estaba escrita la causa de su condena: “El rey de los judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice:”Lo consideraron como un malhechor”.

A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar

  1. Los que pasaban lo injuriaban, haciendo muecas y diciendo:

S.-    ¡Eh, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz!.

  1. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:

        S.- A otros ha salvado, y así mismo no se puede salvar.

Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.

  1. También los que estaban crucificados con él lo insultaban.

Jesús, dando un fuerte grito, expiró

  1. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz potente:

–       Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.

  1. Que significa:

–    Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

  1. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

S.-    Mira, está llamando a Elías.

  1. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:
  2. Déjenlo, a ver si viene Elías a bajarlo.
  3. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa.

  1. C. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo,

El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

  1. Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
  2. Había también una mujeres que miraban desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, que, cuando él estaba en Galilea lo seguían para atenderlo; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.

José rodó una piedra a la entrada del sepulcro

  1. Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, noble senador, que también aguardaba el reino de Dios; armándose de valor, se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión; le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.

Informado por el centurión, concedió el cadáver a José.

Éste compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro.

María Magdalena y María la madre de José observaban dónde lo ponían.

 

Palabra del Señor.

 

Comentario del evangelio del domingo 18.03 o 5º TC

Queridos amigos:

El evangelio de hoy (Jn 12, 20-33) es uno de los evangelios dominicales más patéticos e importantes sobre Jesús. Lo escribe el evangelista Juan como pórtico de entrada a la Pasión, Muerte y Resurrección (Exaltación) del Señor, que empezaremos en 7 días más con el Domingo de Ramos (12, 12-17). Y lo escribe recogiendo la respuesta de Jesús a unos griegos de la diáspora judía que han pedido hablar con Él. En la forma de una sencilla parábola, que conocemos como la parábola del grano de trigo. Jesús, con el corazón en la mano nos habla del misterio de la vida y la muerte, de Su vida (tiene los días contados) y de Su muerte. Hasta el Padre Dios hará oír su voz glorificando al Hijo.

El Maestro viene a decirnos que en nuestras vidas aparentemente no pasa nada, como no le pasa nada al grano de trigo que puede estar por decenas de años dentro de una vasija. Pero hagan que el grano caiga en tierra, entonces rompe, brota un tallo y sale una espiga cargada de nuevo y abundante trigo. Así es nuestra vida dice Jesús. El grano de trigo que es cada uno de nosotros va germinando aún sin darnos cuenta, con lo bueno y lo malo que hacemos. Hasta que un día caemos en tierra (la muerte) y nos abrimos para Dios, presentándole la espiga de nuestra vida. ¿Con bueno y abundante trigo? ¿Con buenas y abundantes obras?

Para Jesús los nutrientes que alimentan y hacen germinar el trigo que somos cada uno de nosotros, son la oblación (entrega) de sí mismo y el servicio. Darse al otro sin pensar en sí, con generosidad total y sin pedir nada a cambio. Servir generosamente al Señor en los demás, vivir para servir… No es nada fácil, pues para ello hay que ir a contracorriente del “mundo” (1 Jn 2,16). Y aceptar y vivir la llamada paradoja de Jesús: que “el que ama su vida (piensa sólo en sí mismo), la destruye (se perderá); y que “quien se olvida de sí en este mundo (se olvida por los demás), la conserva para la vida eterna” (Jn 12,25; Mt 16, 25).

La propuesta que Jesús nos hace puede parecer difícil, pero no es imposible. Es lo que Él mismo vivió y practicó, tanto que viene a ser su retrato hablado. A Él le costó sangra, sudor y… muerte en la cruz. Pero como recompensa tuvo la glorificación del Padre y el ser imán de atracción (centro de unidad) de todo. Para nosotros una vida en oblación y servicio tiene aparejada una gran recompensa, que el mismo Padre Dios, en persona, nos dará. La dará también en esta vida, porque quien así vive, dice Jesús, está juzgando al mundo con su comportamiento y está echando fuere y venciendo al Príncipe de este mundo.

LECTURAS

DOMINGO 5º  TC

 Haré una alianza nueva y no recordaré sus pecados

 Lectura del libro de Jeremías   31, 31 -34

        Miren ustedes que llegan días –Oráculo del Señor-

en que haré con la descendencia de Israel y de Judá una alianza nueva.

No con la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -Oráculo del Señor-.

Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días-oráculo del Señor-:

Pondré mi ley dentro de ellos, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, y el otro a su hermano, diciendo:

“Reconoce al Señor”.

Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande -Oráculo del Señor-, cuando perdone sus crímenes

y no recuerde sus pecados.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal   50, 3 -4. 12-13. 14-15      (R.:  12a)

  1. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

         Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito,

limpia mi pecado. R.

         Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu. R.

         Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti. R.

 SEGUNDA LECTURA

Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor

de salvación eterna

Lectura de la carta a los Hebreos     5, 7-9

 

        Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado.

Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios.

Versículo antes del evangelio  Jn  12,26

El que quiera servirme, que me siga -dice el Señor-; y donde esté yo, allí también estará mi servidor.

EVANGELIO

Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto

Lectura del santo Evangelio según San Juan 12, 20-33

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:

-Señor quisiéramos ver a Jesús

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó:

-Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.

Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se desprecia a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga; y donde esté yo, allí también estará mi servidor. A quien me sirva, el

Padre lo premiará.

Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre glorifica tu nombre.

Entonces vino una voz del cielo:

-Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.

Jesús tomó la palabra y dijo:

-Esta voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de ese mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.

Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, por Jesucristo, su Hijo, autor de salvación eterna.

– Hoy también, como entonces, muchos quieren ver a Jesús. Para que puedan reconocerle en los que se llaman discípulos suyos, roguemos al Señor.

– La imagen de Jesús crucificado evocan a los que dan la vida, e incluso la  pierden, por amor a los demás. Para que sean, como Cristo, el grano de trigo, que cae en la tierra para dar mucho fruto, roguemos al Señor.

– La imagen de Jesús crucificado evoca también a tantos condenados a muerte lenta. Para que puedan descubrir a Cristo en el amor de los creyentes y se sientan fortalecidos en la prueba, roguemos al Señor.

– La imagen de Jesús crucificado nos anuncia sobre todo la victoria definitiva sobre la muerte. Para que comprendamos que sólo el que entrega su vida como servicio, a imitación de Cristo, la guarda para siempre, roguemos al Señor.

Dos, Padre nuestro, que salvaste a tu Hijo de la muerte, escucha la oración que te presentamos, como él, en los días de nuestra vida mortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.