Comentario del evangelio del domingo 28.10.2018 o 30º TO
Queridos amigos:
En el Perú y en mil sitios más del mundo donde hay peruanos celebramos este 28 la Fiesta del Señor de los Milagros: Día central del Mes Morado, como solemos llamar a octubre. Morado, porque así es el color del cuadro, del hábito de las Hermandades y devotos y, sobre todo, del ambiente penitencial que le damos a octubre, desde que el Papa Juan Pablo II lo llamara “la otra cuaresma del Perú”. Morado, que sale de la mezcla del rojo y el azul, del rojo que simboliza el fuego, el amor, la sangre, el sacrificio; con el azul, que simboliza el agua, la humildad, la paz, la honestidad…
En atención a la importancia que el Señor de los Milagros tiene para el Pueblo de Dios en el Perú, prevalece sobre el domingo y proclama un evangelio (Jn 3, 11-16), que nos da la base y la clave, el por qué y el para qué de la imagen del Señor de los Milagros. Digamos simplemente que plasma y expresa en arte sencillo la grandeza del Plan Salvador de Dios, a saber: 1, que el Padre Dios amó tanto al mundo que le entregó a su propio Hijo para salvarlo; y 2, que cuando el Hijo, Jesús, fue alzado en la cruz (su muerte) empezó su exaltación (glorificación junto al Padre) y la nuestra.
Estas dos revelaciones traen a la memoria las palabras de Jesús a su Padre (Lc 10, 21), cuando lo alaba por hacer que los sencillos y humildes acojan con fe estos misterios y que los “sabelotodo”, los agnósticos y los pagados de sí mismos queden a su libre albedrío. Es por instinto sobrenatural que el pueblo acoge con devoción y acompaña en procesión a la sagrada imagen por horas y horas. Estar frente al Cristo crucificado y/o acompañarlo hace a los sencillos sentirse amados y llamados a una actitud de cercanía con Dios y de confianza. Para pedirle por las necesidades personales, familiares, etc., o para empezar el cambio de vida que tanto anhelan, pues vivir el Mes Morado es una llamada a la conversión.
“Cuando sea levantado en alto, atraeré a todos hacia mí”, ha dicho el Señor (Jn 12,32). Esta profecía la hace realidad el Señor de los Milagros todos los días, en Octubre sobre todo, pues la gran mayoría del pueblo peruano se siente atraído por el Cristo Moreno. Atraído por una doble fuerza: 1, la fuerza atractiva del Señor – ese poder imantador de Dios, invisible, pero real, que jala sin que podamos resistirnos. No cabe la menor duda de que, desde la Cruz, Jesús es como un imán…; y 2, la fuerza oblativa que hace que el pueblo se entregue generosamente a su Señor, y éste crucificado, como diría S. Pablo (1 Cor 2,2), sin escatimar tiempo ni sacrificios. Que el Señor de los Milagros nos bendiga y aumente nuestra fe.