Liturgia

Meditación comentario del evangelio del domingo 4.02 o 5º TO

Queridos amigos:

Cómo era un día en la vida de Jesús. Aunque empezando por la tarde, al modo judío, el evangelio de hoy (Mc 1,29-39) nos describe cómo era un día en la vida de Jesús. Sin bajar a los detalles, que serán distintos a los nuestros, Jesús dividía el día en cuatro tiempos, que debieran estar en cada uno de nuestros días. Tiempo de oración, de evangelización, de socialización y de ayuda. Veámoslo brevemente.

Orar es justamente la primera cosa que hacía Jesús. Desde muy temprano, un buen rato y a solas (Mc 1, 35-37). Ciertamente Jesús lo hizo todo bien (Mc 7,37), pero eso no le excusó de orar y de orar siempre a su Padre Dios, como nos pidió que lo hiciéramos nosotros (Lc 18,1). Es bueno tener esto muy en cuenta, pues no faltan los católicos que no rezan porque dicen que ya hacen otras cosas buenas. Hay que hacer estas otras cosas buenas, pero sin omitir la oración.

La segunda cosa que Jesús hizo en la mañana de ese día fue evangelizar. Hasta la hora del almuerzo, recorriendo con los apóstoles, todos los pueblitos del entorno. Era su práctica de todos los días, por lo que logró misionar toda la Región de Galilea y más (Mc 1, 38-39). Ciertamente, a nosotros se nos hará imposible dar una misión de ese tipo, casa a casa y manzana a manzana, hasta misionar toda la parroquia, como lo hace el Grupo MISEVI (Misioneros Seglares Vicentinos). Pero evangelizar es esencial en la vida del cristiano, al menos con el testimonio de vida y la oración.

El tercer momento de un día en la vida de Jesús es lo que podemos llamar socialización. Quizá nos sorprenda, pero tal como la entendió y la vivió el Señor es algo realmente necesario. Tenemos que socializar para conocernos mejor entre nosotros y para estrechar lazos de amistad y de familia. Para descansar un rato, pues no todo tiene por qué ser trabajo y formalidad. El relax y la sana alegría, son muy importantes, nos enseña Jesús (Mc, 1, 29-31)

La visita y atención de los enfermos, fue lo último que Jesús hizo ese día. Hasta la puesta del sol. Enfermos y personas poseídas por espíritus malos, venidos de todas partes. Entre las actividades del día no podía faltar ésta, sanando a muchos y mostrando así que el Reino de Dios ya una realidad. Buena lección para nosotros que debiéramos ser más compasivos y practicar más las obras de misericordia, empezando por la de visitar a los enfermos de la familia. La caridad de Cristo nos urge (2 Cor 5, 14) y hemos de ser juzgados por esto (Mt 25, 36).

LECTURAS

DOMINGO V

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

 

Mis días se acercaban a su fin, sin esperanza

Lectura del libro de Job    7,  1-4,  6-7

        Habló Job diciendo:

– El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio,  sus días son los de un jornalero; como el esclavo, suspira  por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario.

Meses de desengaño son mi herencia, y noches de sufrimiento me han tocado en suerte.

Al acostarme pienso: ¿cuándo me levantaré?

Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.

Mis días se acercan a su fin, sin esperanza, con la rapidez de una lanza de telar.

Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  146, 1-2.  3-4.  5-6    (R.: cf.  3a)

  1. El Señor sostiene a los humildes.

         O bien:

         Aleluya

Alaben al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel. R.

         El sana los corazones destrozados, venda sus heridas.

Cuenta el número de las estrellas, a cada una la llama por su nombre. R.

         Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida.

El Señor sostiene a los humildes, humilla hasta el polvo a los malvados. R.

 

SEGUNDA LECTURA

 ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios                                                            9, 16 – 19.  22- 23

Hermanos:

El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi recompensa. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿Cuál es la recompensa? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo gratuitamente, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.

Porque, siendo libre como soy, me hace esclavo de todos para ganar a todos los que pueda. Me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles; me hice todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos.

Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

Palabra de Dios

Aleluya     Mt. 8, 17

Cristo tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.

EVANGELIO

Curó a muchos enfermos de diversos males

Lectura del santo Evangelio según San Marcos   1, 29- 39

En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; se lo dijeron a Jesús y el se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta, Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.

Meditación comentada del evangelio del domingo 28.01 o 4º TO

Queridos amigos:

El evangelio de hoy (Mc 1, 21-28) nos revela a través de dos situaciones cómo era la personalidad de Jesús. Las situaciones ocurren en la sinagoga de Cafarnaún, en la que Jesús suele comentar la Escritura y en la que, esa mañana, hay entre la gente “un hombre poseído por un espíritu inmundo”, del cual Jesús lo libera. En ambos casos  –la explicación de la Escritura y la liberación del endemoniado-, hay algo en común, que sobresale y que deja a todos fascinados, llenos de asombro: es la personalidad de Jesús, combinación perfecta de firmeza y bondad.

Jesús explica la Escritura con autoridad, como quien sabe, y sin recurrir permanentemente a las masoras o ayudas, que llenaban los márgenes de los rollos o libros judíos. ¡Qué distinto de los escribas y rabinos! Luego, cuando curó al endemoniado, lo hizo también con autoridad, como quien puede. Con voz de mando: “¡Cállate y sal de él!”, le dijo, y “el espíritu inmundo salió”. El comentario de Marcos se reduce a decir que la fama de Jesús se extendió pronto por todas partes. Ningún comentario al asombro de los asistentes, como lo hará en otra ocasión (Mc 15,39) ni a la rabia del Maligno, expresión de su impotencia contra Jesús (Jn 14,30).

La autoridad de Jesús está en su personalidad, que se manifiesta como firmeza y bondad. Tiene sin duda otros muchos rasgos, por ejemplo, es coherente, sencillo, comprensivo, cercano…, pero me quedo con los de firmeza y bondad, que son los que más necesitamos hoy para ser hombres hechos y derechos y para el buen trato familiar y social. Hay que ser firmes (no duros ni agresivos ni violentos) a la hora de señalar una tarea o de hacer que las cosas se cumplan o se corrijan. Firmes, pero con bondad y afabilidad, que siempre cautivan y atraen. Revistámonos de la personalidad firme y bondadosa de Jesús y todo nos irá mucho mejor.

En cuanto a la presencia del Demonio en aquella sinagoga, digamos que fue resultado de su sospecha creciente de que Jesús podía ser el Mesías. Su encuentro con Jesús en el desierto (Mt 4, 1-11) había confirmado esas sospechas. Y allí estaba de nuevo Satanás, hablándole desde un pobre hombre a quien, con malas artes, había hecho suyo: “Sé que eres el “Santo de Dios”, le dijo, esperando una respuesta. Pero Jesús no cayó en la trampa. Y sin darse por aludido, le mandó callarse y salir de aquel el hombre. En nuestra lucha por ser mejores y por el triunfo del bien, el Maligno va a usar todos sus recursos para hacernos caer. Pero no lo logrará si estamos con Jesús y acudimos a Él con confianza.

Lecturas

DOMINGO IV

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Haré surgir un profeta y pondré mis palabras en su boca

Lectura del libro del Deuteronomio  18,  15- 20

        Moisés habló al pueblo, diciendo:

– El Señor tu Dios hará surgir un profeta como yo, de entre los tuyos, de entre tus hermanos. A él lo escucharán. Es lo que pediste al Señor tu Dios en el Horeb, el día de la asamblea: “No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir”.

El Señor me respondió: “Tienen razón; haré surgir un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá”.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal   94,  1-2.  6-7.  8-9    (R.: 8)

  1. Escuchemos la voz del Señor.

        Vengan, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándoles gracias,

aclamándolo con cantos. R.

        Entren, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía. R.

        Ojalá escuchen hoy su voz:

No endurezcan el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando sus padres me pusieron a prueba

y me tentaron, aunque habían visto mis obras. R.

SEGUNDA LECTURA

La soltera se preocupa de los asuntos del Señor, Consagrándose a ellos

Lectura de la primera carta de apóstol san Pablo a los Corintios   7,  32 -35

        Hermanos:

Quiero que estén libres de preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando el contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.

Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.

Les digo todo esto para bien de ustedes, no para ponerles una trampa, sino para inducirlos a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.

Palabra de Dios.

Aleluya     Mt  4,  16

El pueblo que habita en tinieblas vio una luz grande;

a los que habitaban en la tierra y sombras de muerte,

una luz les brilló.

EVANGELIO

Enseñaba con autoridad

  • Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1,  21- 28

        En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaum, y cuando al sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:

– ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quien eres: el Santo de Dios.

Jesús lo increpó:

– Cállate y sal de él.

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte,

salió. Todos se preguntaron estupefactos:

– ¿Qué es esto? Es una enseñanza nueva, con autoridad. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.

Pronto se extendió su fama por todas partes, en toda la región de Galilea.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios.

– Por todos los que ejercen en la Iglesia el ministerio de la palabra de Dios, roguemos al Señor.

– Por los que dedican su vida a la enseñanza, roguemos al Señor.

– Por los que ejercen la noble y delicada profesión de bucear en la interioridad del hombre: los psicólogos, los psiquiatras, los pedagogos, roguemos al Señor.

– Por los profesionales de la palabra: los periodistas, los escritores, roguemos al Señor.

– Por nosotros, que un domingo y otro escuchamos la palabra autorizada de Jesús, roguemos al Señor.

Señor, Dios nuestro, tú nos has dado la Buena Noticia de la salvación, por medio de tu Hijo, el Profeta anunciado; escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Meditación comentada del evangelio del domingo 21.01 o 3º TO

Queridos amigos:

La expresión Reino de Dios o de los cielos aparece cincuenta veces en los evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas. Especialmente en las llamadas Parábolas del Reino. Juan sustituye esa expresión por la de vida eterna. El evangelio de hoy (Mc 1, 14-20) nos habla de “Jesús y el Reino de Dios”, de lo que en términos reales significó para Él y de cómo lo fue estableciendo. Es la otra cara del Reino de Dios, cuya implantación en este mundo supone esfuerzo, sudor y estrategia.

Es como Marcos presenta a Jesús iniciando su Vida Pública o Ministerial (de Rabbí, Profeta y Mesías). Decía: “Se ha cumplido el plazo; el Reino de Dios está a la vista; conviértanse y crean en el evangelio” (Mc 1,15). Analizar cada frase y el conjunto llenaría un libro, digamos solamente que, fiel a su Palabra, Dios Trinidad ha cumplido su promesa (Gen 3,15): el Reino de Dios es ya una realidad, aunque todavía no plena, y sus ciudadanos son los que, cambiando su manera de vivir, acogen la Buena Nueva de Jesús, su persona y su enseñanza. Ciertamente cada frase es importantísima, pero, no pueden hacernos perder de vista el bosque, es decir, el Reino de Dios: ese Proyecto renovado de Dios para el mundo, que ha traído Jesús y que es el objetivo principal y transversal de su vida y de su evangelio. Aquello por lo que y para lo que el Hijo de Dios se hizo hombre.

Debió ser impresionante ver a Jesús desplazándose rápido y sudoroso y proclamando a voz en grito el Reino de Dios, al mismo tiempo que acompañaba las palabras con hechos milagrosos: ciegos que ven, leprosos que son curados, etc. Unos días antes, estando con Juan el Bautista, había conversado con algunos de sus discípulos (Jn 1, 35-42). y le habían asegurado que estaban listos para dejarlo todo y seguirle. Podía encontrarlos a las orillas del Mar de Galilea, pues eran pescadores. Y allí los encontró Jesús: eran los hermanos Andrés y Simón Pedro, Juan y su hermano Santiago. Vengan conmigo, les dijo, y ellos, dejándolo todo, le siguieron, para ser “pescadores de hombres”, en expresión del mismo Jesús.

Su llamado a los apóstoles (y en ellos a nosotros) para construir el Reino de Dios, es de la máxima importancia. Los y nos llama no tanto porque su construcción desborde la capacidad de Jesús, sino porque el Reino es de todos y a todos nos toca construirlo. Cada uno según los talentos que Dios le dio y en la tarea que se le confió (como seglar o consagrado o sacerdote). Como los apóstoles, ¿respondemos con rapidez, generosidad y eficiencia? Es hora de preguntarnos qué estamos haciendo por el Reino de Dios.

LECTURAS

DOMINGO III

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Los ninivitas se convirtieron de su mala vida

Lectura de la profecía de Jonás               3, 1-5.  10

En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás:

– Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.

Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar  por la ciudad y caminó durante un día proclamando:

– ¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!.

Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron con ropas de penitencia, grandes y pequeños.

Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.

Palabra de Dios

Salmo responsorial  Sal  24,  4-5ab.  6-7bc.  8-9      (R.: 4b)

  1. Señor, instrúyeme en tus sendas.

Señor, enséñame tus caminos,

instrúyeme en tus sendas:

haz que camine con lealtad;

enséñame,  porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

 

        Recuerda, Señor, que tu ternura

y misericordia son eternas;

acuérdate de mí con misericordia,

por tu bondad, Señor. R.

 

        El Señor es bueno y es recto,

y enseña el camino a los pecadores;

hace caminar a los humildes con rectitud,

enseña su camino a los humildes. R.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

La apariencia de este mundo se termina

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 

7, 29 – 31

 

         Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante.

Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran como sino lloraran; los que están alegres, como sino lo estuvieran;

Los que compran, como sino poseyeran; los que negocian en el mundo, como sino disfrutaran de él: porque la apariencia de este mundo se termina.

 

Palabra de Dios.

 

 

Aleluya     Mc  1,  15

 

Está cerca el reino de Dios:

Conviértanse y crean en el Evangelio

 

 

EVANGELIO

 

Conviértanse y crean en el Evangelio

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos      1,  14- 20

 

        Cuando arrestaron a Juan, Jesús se dirigió a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

– Se ha cumplido el plazo; está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.

Pasando por el mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando las redes en el mar.

Jesús les dijo:

– Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.  

        Un poco más adelante, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca reparando las redes.

Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los trabajadores y se fueron con él.

 

Palabra del Señor.

 

 

Oración de los fieles

 

Oremos al Señor, nuestro Dios.

 

– Por los que han renunciado a cualquier porvenir humano en vista del reino de Dios; para que su gesto sea comprendido como respuesta generosa a la invitación de Cristo, roguemos al Señor.

– Por los que se aferran a las realidades efímeras, como el dinero, el placer, el poder, el prestigio: para que todos comprendamos que es apremiante la llamada a la fe, roguemos al Señor.

– Por los que tienen el corazón endurecido: para que se dejen interpelar por la palabra de Dios que hoy nos empuja a la conversión, roguemos al Señor.

– Por nosotros, aquí reunidos: para que tomemos en serio la invitación fuerte y urgente de Cristo Maestro: Convertíos, y creed la Buena Noticia, roguemos al Señor.

 

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas y acuérdate de nosotros por tu bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Meditación sobre el evangelio del domingo 14.01 o 2º TO

Queridos amigos:

El encuentro de Juan y Andrés con Jesús, que habría de cambiar sus vidas y tantas otras cosas, nos lo contó el mismo Juan (1,35-42) unos 60 años más tarde. No sabemos de qué hablaron, aunque podemos imaginarlo. Y sin duda, más importante que lo que se dijeron, fue lo que pasó. Como por milagro, poco a poco, fueron sintiéndose subyugados por Jesús. ¿Su personalidad? ¿La acción del Espíritu Santo? El hecho es que de aquel largo encuentro, hasta el día siguiente, salieron transformados. El joven Juan ¿17 años? y el maduro Andrés, sintieron que sus vidas habían cambiado. En adelante ya no serían más para ellos mismos sino para Jesús, enteramente discípulos misioneros de Jesús. Algo les decía que era el Mesías y aún más que el Mesías que esperaban, pues en Él se sentía a Dios.

No sabemos de Juan, pero en el caso de Andrés, la primera evidencia de su cambio se hace visible en su encuentro con su hermano Simón. “¡Hemos encontrado al Mesías, el Cristo!”, le dice lleno de alegría. Ahora Jesús es el Mesías, definitivamente el Mesías. Sólo unas horas antes le había llamado Maestro (Rabí), como para iniciar una conversación con Él. Ahora, después del encuentro con Jesús, lo llama Mesías, el Mesías. ¿Qué le hizo cambiar así, para reconocerlo y anunciarlo como el Mesías? Simplemente aquel encuentro, que llenó su corazón de amor y sus ojos de luz. Decididamente quien se encuentra personal e íntimamente con Jesús, siente que ya es otro. Es lo que le pasó a Pablo (Gal 2,20). ¿No le pasó a usted eso alguna vez?

Juan y Andrés no sólo salieron del encuentro con Jesús sintiéndose sus discípulos identificados con Él. Salieron también como misioneros, porque “cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva. El discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro”, nos dijo el Papa Benedicto XVI. Sabemos que es esto lo que le pasó a Andrés, pues, uniendo los hechos a las palabras, llevó a su hermano Simón donde Jesús. Providencial iniciativa misionera, que el Señor premió al cambiarle a Simón su nombre por el de Cefas (Pedro, Piedra), anticipo de lo que habría de pasar más tarde (Mt 16, 18-19), cuando Jesús lo constituyó en la piedra o fundamento de su iglesia.

El “vengan y verán”, que Jesús sigue diciendo a quienes, como Juan y Andrés, inquieren por él, es el mejor lema de promocional vocacional. Sólo el encuentro vivo y personal con El, transformará nuestras vidas y nos hará discípulos misioneros.

“Ven y verás” es el lema de la Promoción Vocacional de la Familia Vicentina.

LECTURAS

DOMINGO II

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

Habla, Señor, que tu siervo escucha 

Lectura del primer libro de Samuel  3, 3b -10.  19 

        En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió:

– Aquí estoy.

Fue corriendo adonde estaba Elí y le dijo:

–  Aquí estoy; vengo porque me has llamado.

Respondió Elí:

No te he llamado, vuelve a acostarte.

Samuel volvió a acostarse.

Volvió a llamar el Señor a Samuel.

Él se levantó y fue adonde estaba Elí y le dijo:

Aquí estoy vengo porque me has llamado.

Respondió Elí:

– No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte.

Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.

Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue a donde estaba Elí y le dijo:

Aquí estoy; vengo porque me has llamado.

Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel.

– Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: “habla, Señor, que tu siervo escucha”.

Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes:

– ¡Samuel, Samuel!

Él respondió:

– Habla, Señor, que tu siervo escucha.

Samuel crecía y el señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.

Palabra de Dios. 

Salmo responsorial  Sal 39, 2 y 4ab. 7.  8-9. 10   (R.:8a y 9a) 

  1. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Yo esperaba con ansia al Señor;

él se inclinó y escuchó mi grito;

me puso en la boca un cántico nuevo,

un himno a nuestro Dios. R.

        Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,

y, en cambio, me abriste el oído;

no pides sacrificio expiatorio,

entonces yo digo: <Aquí estoy>. R.

Como está escrito en mi libro:

Para hacer tu voluntad.

Dios mío, lo quiero,

y llevo tu ley en las entrañas. R.

        He proclamado tu salvación

ante la gran asamblea;

no he cerrado los labios:

Señor, tú lo sabes.. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Sus cuerpos son miembros de Cristo

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios                                                        6, 13c – 15a.  17- 20

        Hermanos:

El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo.

Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros.

¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo?

El que se une al Señor se hace un espíritu con él.

Huyan de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no saben que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo? Él habita en ustedes porque lo han recibido de Dios.

Ya no se pertenecen y ustedes mismos, porque han sido comprados a un precio muy caro.

Por tanto, ¡glorifiquen a Dios en sus cuerpos!

Palabra de Dios.

Aleluya     Jn  1, 41.  17b

Hemos encontrado al Mesías, que es Cristo;

la gracia y la verdad vinieron por medio de él

EVANGELIO

Vieron donde vivía y se quedaron con él

Lectura del santo Evangelio según san Juan   1,  35- 42

En aquel tiempo, estaban Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:

– Éste es el Cordero de Dios.

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió hacia ellos y, al ver que lo seguían, les pregunta:

–  ¿Qué buscan?

Ellos le contestaron:

– Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?

Él les dijo;

Vengan y lo verán.

Entonces fueron, vieron donde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, encuentra primero a su hermano Simón y le dice:

– Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).

Y lo llevó a Jesús. Jesús mirándolo le dijo:

– Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que traducido significa Pedro).

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor nuestro Dios, el Dios que nos habla y también que nos escucha.

– Por la Iglesia; para que permanezca atenta, como Samuel, a la llamada de Dios en los signos de los tiempos, roguemos al Señor.

– Por los que tienen alguna noticia de Cristo y lo buscan con sincero corazón; para que descubran quien es y, creyendo en él, le sigan, roguemos al Señor.

– Por los llamados con vocación especial al ministerio sacerdotal y a la profesión de vida religiosa; para que perseveren en fidelidad, roguemos al Señor.

– Por nosotros, que permanecemos como los discípulos, aquí con el

Señor; para que sepamos buscarle hasta encontrarle en nuestra vida de cada día, en nuestras relaciones con los demás, roguemos al Señor.

Vuelve tu mirada, Señor, y escucha la oración de todos nosotros, que estamos aquí en tu presencia y queremos hacer tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Breve comentario a los evangelios del domingo 31.12 y 1º de Enero

Evangelio del domingo 31, Fiesta de la Sagrada Familia

Cerramos el Año Viejo con broche de oro, pues es domingo y fiesta de la Sagrada Familia. A diferencia de Mateo (2, 1-23), el evangelista Lucas (22-40) presenta a la Sagrada Familia en el templo, en cumplimiento de una Ley, que a ellos no les obligaba. Y escuchando maravillados las cosas buenas y malas que los ancianos Simeón y Ana dijeron sobre el niño. Luego presenta a José y María regresando a Nazareth y creando en casa todas las condiciones para que el niño crezca sano, sabio y santo. Lo que va en negrita habla del estilo de vida y de algunas de las virtudes destacables en la Sagrada Familia, para que nuestras familias lo imiten.

Para que imiten sobre todo su modo de ser familia, que es reflejo de la Familia de Dios Trinidad y modelo de la familia humana (la tuya y la mía). Estos tres elementos, sobre todo, que los “modernistas” están empeñados en eliminar, aunque forman parte de la naturaleza misma de toda familia, 1. El matrimonio hombre-mujer, 2. Su voluntad de tener hijos, y 3. La relación de amor, respeto y ayuda entre padres e hijos. Solo las familias que cumplen estas tres condiciones pueden cumplir el plan de Dios para el mundo y de supervivencia de la especie humana. La fiesta de la Sagrada Familia en este Fin de Año, es una invitación a entrar al Año Nuevo con una familia renovada, dejando atrás los errores y fallas del pasado,

Evangelio del lunes 1º, Año Nuevo y Fiesta de santa María Madre de Dios.

El evangelio de la misa de hoy (Lc 2, 16-21) contiene las dos primeras presentaciones que Lucas hace de la Sagrada Familia, pero en esta ocasión lo que la iglesia destaca es la figura de María, a quien celebra como la Madre de Dios. Lo interesante es que la celebre como solemnidad -(lo máximo en la liturgia)- y abriendo el Año Nuevo, cuando celebramos también la octava de Navidad y el Día Mundial de la Paz. No hay duda: la Iglesia pone el Nuevo Año y la Paz del Mundo bajo el amparo de María Madre de Dios. Porque si Dios confió su único y querido Hijo a María, bien podemos nosotros confiarle el Nuevo Año y la Paz, que son todo lo que tenemos y lo que más queremos. La Madre estará con nosotros cada día del 2018.

Año Nuevo Vida Nueva, solemos decir, pero que sea, como pide el Papa Francisco en su Mensaje para la Jornada de la Paz 2018: desde la No Violencia Activa. Que la No Violencia Activa se convierta en el nuevo estilo de vida para todos: naciones, gobiernos, sociedades, familias, personas.. Pues es la manera más eficaz de conseguir y vivir una paz duradera y fecunda. María, madre del Príncipe de la Paz, está deseosa de ayudarnos.

EVANGELIOS DEL DOMINGO 31 Y DE AÑO NUEVO 2018

Evangelio del Domingo 31

 Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 22-40

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la Ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la Ley del Señor:

Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y para hacer la ofrenda que manda la Ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la Ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

-Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos:

Luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.

Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre:

-Mira, este niño está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida; así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma..

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.      Palabra de Dios

  1. Evangelio de la Solemnidad de Sta. María Madre de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas            2, 16-21

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.