Liturgia

Comentario del evangelio del domingo 05.11 o 31º TO

Queridos amigos:

No hay persona que sea más que otra, nos enseña Jesús en el evangelio de hoy (Mt 23, 1-12). Y es bueno que lo tengamos presente para actuar en consecuencia. Para no dejarnos llevar por el materialismo que prioriza el tener (plata, fama, poder…) sobre el ser, que nos constituye en personas. En razón del ser, todos somos iguales. Iguales como seres humanos e iguales como cristianos. Nadie hay que sea más ser humano que otro ni más cristiano que otro. El hombre más curtido no es más hombre que el recién nacido o el recién concebido. El cristiano más connotado (el Papa) no es más cristiano que el recién bautizado o que tú y yo. Nos diferencian las circunstancias biológicas, sociales, culturales, etc.; los trabajos y las funciones que realizamos.

En una sociedad de personas, todo debiera conducir a que los ciudadanos fueran de verdad iguales ante la ley. En una comunidad de seguidores de Jesucristo, todo debiera conducir a que fueran de verdad iguales ante el evangelio. Ser maestro o padre o consejero, por poner los casos que en el evangelio puso Jesús (Mt 23, 8-10), no debiera servir para darse más importancia y tener más poder sobre los demás. Ni para medrar a costa de los otros. Llevar esos nombres (y otros parecidos) debiera servir para recordar que esas funciones vienen de Dios y que han de ser ejercidos según Dios.

Jesús menciona peyorativamente el caso de los maestros de la ley, fariseos y escribas (doctores), que han mancillado la Cátedra de Moisés, por no ajustarse a su enseñanza y por no practicarla, (no hacen lo que enseñan). Hoy y entre nosotros, los cristianos, habría que mencionar en su lugar, a teólogos, predicadores, catedráticos, legisladores, escritores…, que mancillan la cátedra de Jesús (y la de Pedro o magisterio de la iglesia). Enseñan lo que no es y no son coherentes con lo que enseñan, Ponen cargas pesadas en los hombros de la gente (mandatos y prohibiciones), de las que ellos se liberan.

En el mundo que Jesús nos propone, lo que prima es, debe ser, la convivencia amigable y fraterna. No deban nada a nadie sino es el amor mutuo (Ro 13, 8). La preocupación por los demás, en especial por los pequeños (los deficientes, los disminuidos, los carentes), es la única diferencia que admite el Señor: el primero entre ustedes sea el servidor de los demás. Y recuerden que quien así se humilla (se abaja) será engrandecido. Y, al contrario, quien se engrandezca a costa de los demás, será humillado (tenido en nada). Termino con el recorderis de Jesús: «todos ustedes son hermanos (Mt 23, 8).

Lecturas

DOMINGO XXXI

DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA

 

Se han apartado del camino y han hecho tropezar a muchos en la ley     

Lectura de la profecía de Malaquías  1,  14b-2,  2b.  8- 10

Yo soy el Gran Rey,

y mi nombre es respetado en las naciones

-dice el Señor de los ejércitos-.

Y ahora, a ustedes, sacerdotes, se dirige esta advertencia.

Si no obedecen y no se proponen

dar gloria a mi nombre

-dice el Señor de los ejércitos-,

les enviaré mi maldición.

Ustedes se han apartado del camino,

han hecho tropezar a muchos en la ley,

han invalidado mi alianza con Leví

-dice el señor de los ejércitos-.

Pues yo los haré despreciables

y viles ante el pueblo,

por no haber guardado mis caminos,

y porque se fijan en las personas

al aplicar la ley.

¿No tenemos todos un solo padre?

¿No nos creo el mismo Señor?

Por qué, pues el hombre

despoja a su prójimo,

profanando la alianza de nuestros padres?.

 

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial  Sal 130,  1.  2.  3.

 

  1. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

 

Señor, mi corazón no es ambicioso,

ni mis ojos altaneros;

no pretendo grandezas

que superen mi capacidad. R.

 

        Sino que acallo y modero mis deseos,

como un niño en brazos de su madre. R.

 

Espere Israel en el Señor

ahora y por siempre. R.


SEGUNDA LECTURA

 

Deseábamos entregarles no sólo el Evangelio de Dios

sino hasta nuestras propias vidas

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses                                                          2, 7b- 9.  13

 

        Hermanos:

Cuando estuvimos entre ustedes los tratamos con la misma ternura con la que una madre acaricia a sus hijos.

Les teníamos tanto cariño que deseábamos entregarles no sólo el Evangelio de Dios, sino nuestras propias vidas, y ¡a tal punto llegaba nuestro amor a ustedes!

Recuerden, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no ser una carga para nadie, proclamamos entre ustedes el Evangelio de Dios.

Ésa es la razón por la que no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que le predicamos, la acogieron no como palabra de hombre, sino, como lo que es en realidad, como palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes los creyentes.

 

Palabra de Dios.

 

Aleluya   Mt  23,  9b. 10b

 

Uno solo es su Padre, el del cielo,

y uno solo es su consejero, Cristo

EVANGELIO

No hacen lo que dicen

 

  • Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 1 -12

 

        En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:

En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Hagan y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen

Ellos hacen fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos ni siquiera a moverlos con un dedo.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros

 

puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencia por la calle y que la gente los llame maestros.

Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su Maestro, y todos ustedes son hermanos.

En la tierra a nadie llamen padre, porque uno solo es el Padre de ustedes, el del Cielo.

No se dejen llamar consejeros, porque uno solo es su Consejero, Cristo.

El primero entre ustedes sea servidor de los demás.

El que se engrandece será humillado, y el que se humilla será engrandecido.

 

Palabra del Señor.

 

Oración de los fieles

 

Oremos al Señor, nuestro Dios.

 

– Para que la Iglesia sea lugar de encuentro fraternal, en la que se realice la palabra de Jesús: *Todos vosotros sois hermanos*, roguemos al Señor.

 

– Para que todos los que tienen en la Iglesia alguna responsabilidad sobre los demás tengan siempre presente la advertencia del Señor: *El primero entre vosotros sea vuestro servidor*, roguemos al Señor.

 

– Para que los constituidos en autoridad sepan aceptar humildemente las críticas de su gestión, roguemos al Señor.

 

– Para que nuestra sociedad, caracterizada por la hipocresía, reaccione ante la crítica de los inconformistas, roguemos al Señor.

 

– Para que seamos sinceros unos con otros, comprensivos con todos, sin pretender ser más que los demás, roguemos al Señor.

 

Dios, Padre nuestro, escucha la oración de nuestra comunidad, que reconoce a tu Hijo, como único nuestro, Señor y Juez de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Comentario al evangelio del Domingo 29.10 o 30° TO

Queridos amigos.

El evangelio de hoy (Mt 22, 34-40) nos habla de la supremacía del amor. A Jesús le han preguntado sobre cuál de los 613 mandamientos que la Ley judía tenía, era el más importante. Su respuesta es inmediata, como si la hubiera estado esperando, y va más allá de lo que le preguntan. Lo primero y principal, dice Jesús, es amar a Dios sobre todas las cosas (Deut 2, 4+). Lo segundo -que no se lo pidieron, pero que Jesús se sintió en la necesidad de añadir-, es semejante e inseparable del primero y consiste en amar al prójimo como este se ama a sí mismo (Lev 19,18). Acentuar la semejanza y la conexión entre los dos mandamientos, fue la gran novedad de la enseñanza de Jesús, pues 1, puso de relieve la importancia del prójimo; 2, mandó amarlo como parte integrante del amor a Dios; y 3, conectó los tres mandamientos -(a Dios, al prójimo, a sí mismo)- en uno solo.

Jesús completa su enseñanza diciendo que este gran mandamiento del amor, su cumplimiento, encierra la perfección completa, cuanto enseñan la Ley y los Profetas (Mt 7,12). Es el vínculo de la perfección (Col 3,14). El amor es lo máximo que Dios da y espera del prójimo, pues Dios es amor (1 Jn 4,8). Esto implica que el amor debe ser la razón de ser y el motivo de cuanto hagamos y del servicio que demos a Dios, al prójimo o a nosotros mismos. No es solo cuestión de hacer o hacernos cosas buenas sino de poner y dar amor en cuanto hacemos. Nada hay más perfecto que el amor, nos dice San Pablo en su himno al amor (1 Cor 13). Saquemos de aquí dos importantes enseñanzas prácticas

***En lo que hacemos lo que cuenta es el amor con que lo hacemos. A los ojos de Dios -y así debiera ser a nuestros ojos- lo más importante que hacemos por Él, no se mide por la cantidad o el tamaño de las cosas que hacemos ni por el precio de lo que damos ni…, se mide -y Dios lo acoge- por la calidad del amor que ponemos en el servicio. Hemos de hacer las cosas no tanto por verlas bien hechas cuanto por hacerlas con amor, decía San Vicente de Paul.

***No se puede amar a Dios a quien no se ve, si no amas al prójimo, a quien sí ves. (1 Jn 4,20). La interconexión que Jesús hace de los tres mandamientos hace también que Dios mire como hecho (o no hecho) a Él, lo que hacemos (o dejamos de hacer) al prójimo o a ti mismo. Así como el Gran Mandamiento es uno solo, la vida es una sola, y en ella se interrelacionan Dios y el hombre. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y viceversa. No hay lugares ni tiempos, en los que sólo esté Dios o sólo esté el hombre: siempre están juntos y lo que hacemos a uno se lo hacemos al otro.

Lecturas

DOMINGO XXX

DEL TIEMPO ORDINARIO

 PRIMERA LECTURA

 

Si explotan a viudas y huérfanos, se encenderá mi ira contra ustedes

Lectura del libro del Éxodo  22,  20-26

         Así dice el Señor:

No oprimirás ni matarás al forastero, porque extranjeros fueron ustedes en Egipto.

No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y a ustedes los haré morir a espada, sus mujeres quedarán viudas y sus  hijos huérfanos.

Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses.

Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo. Si no ¿con qué  va a dormir? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.

 

Palabra de Dios.

 Salmo responsorial  Sal  17, 2-3a.  3bc-4.  47 y 51ab  R.: 2)

 Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.

 

        Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;

Señor, mi roca, mi defensa, mi libertador. R.

 

        Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,

mi fuerza salvadora, mi baluarte.

Invoco al Señor de mi alabanza

y quedo libre de mis enemigos. R.

 

        Viva el Señor, bendita sea mi Roca,

sea ensalzado mi Dios y Salvador.

Tú diste gran victoria a tu rey,

tuviste misericordia de tu Ungido. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Abandonaron los ídolos para servir a Dios

y vivir aguardando la vuelta de su hijo

 

Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses      1, 5c-10

        Hermanos:

Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes buscando su propio bien.

Y ustedes, por su parte, siguieron nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de tantas tribulaciones con la alegría del Espíritu Santo. Así ustedes llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.

Y no sólo en Macedonia y en Acaya ustedes han difundido la palabra del Señor, sino que en todas partes se ha extendido la fama de su fe, de suerte que nada tenemos que añadir por nuestra parte, ya que ellos mismos cuentan los detalles del recibimiento que nos dieron y de cómo ustedes, abandonando los ídolos, se volvieron a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

Palabra de Dios.

Aleluya  Jn  14, 23

El que me ama guardará mi palabra

-dice el Señor-,

y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

EVANGELIO

Amarás al Señor, tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo

 Lectura del Santo evangelio según san Mateo 22,  34- 40

         En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

– Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?.

Él le dijo:

– “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser”.

Este mandamiento es el principal y primero. El Segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Estos dos mandamientos sostienen la Ley y los profetas.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Dios es amor. Oremos confiadamente.

 

– Para que la Iglesia llegue a ser verdadera comunidad de amor fraternal, roguemos al Señor.

 

– Para que cesen los odios, los recelos, las venganzas, las divisiones y sea posible creen en el amor, roguemos al Señor.

 

– Para que comprendamos que no hay amor de Dios sin amor al prójimo, incluso al enemigo, roguemos al Señor.

 

Escucha, Señor, nuestras súplicas, tú que eres compasivo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Comentario al evangelio del domingo 01.10 o 26º TO

Queridos amigos:

El evangelio de este domingo (Mt 21,28-32) forma parte del capítulo en el que Jesús expulsa a los vendedores del templo y, como consecuencia, la relación de las autoridades del Templo con Jesús llega a su clímax de tensión. Tanto que los sacerdotes y los fariseos ancianos del Sanedrín, quisieron arrestarlo. Lo hubieran hecho de no ser por el pueblo que estaba con Jesús, a quien consideraban un profeta (Mt 21, 46). Era un Profeta y mucho más que profeta, era el Mesías prometido y mucho más que el mesías que ellos esperaban: era el Hijo de Dios hecho hombre. Jesús lo sabía y sabía que acogerlo a Él era establecer el Reino de Dios y lograr la salvación.

¿Qué más podía hacer para que las autoridades creyesen en Él? Había dado toda clase de pruebas con palabras, milagros y el testimonio de su vida. Tanto que ellos mismos no se explicaban de dónde le venía su sabiduría y su poder de hacer milagros (Mt 14,54). Sus conciudadanos de Nazareth estuvieron a punto de creer en Él, pero su soberbia hecha obcecación, les impidió dar ese paso. ¡No puede ser!, se repetían ante la evidencia, con esa actitud tan nuestra de “cerrar los ojos” para no ver lo evidente y hacer “lo que nos parece”, lo que nos da la gana. Por poner un ejemplo: es evidente que el aborto es un asesinato, pero preferimos “cerrar los ojos para no ver” y seguir matando nonatos inocentes en la cuna materna.

Para hacer entrar en razón a los sumos sacerdotes y ancianos del Templo, Jesús les hizo una pregunta de obvia respuesta, pero comprometedora por su transfondo y sus consecuencias. Eran ellos los que habiendo dicho sí al llamado a trabajar en la viña del Señor, se estaban negando a ir (= acoger a Jesús). Y consecuentemente se estaban  excluyendo del Reino de Dios, que iría a parar a otras manos. “Hasta las prostitutas y los “publicanos” (=extorsionadores del pueblo), convertidos, entrarán en el Reino de Dios antes que ustedes”. Esta advertencia de Jesús a las autoridades judías (y a nosotros si no le acogemos), la repite el Señor muchas veces, por ejemplo, en la parábola de “los viñadores asesinos” (Mt 21, 43); “se les quitará a ustedes el Reino de Dios y será entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos”

De todo lo dicho, destaquemos: 1. La necesidad de creer en Jesús y de seguirle. 2. La importancia de preguntarle frecuente y sinceramente si está contento con nosotros, no sea que a sus ojos no seamos lo que nos creemos ser. 3. No presumas de estar firme: cuida de no caer. 4. No importa lo malo que seamos si nos convertimos y creemos de verdad en Él. 4. Seamos auténticos y responsables: Sí es siempre sí y No es no.

LECTURAS

DOMINGO XXVI

 DEL TIEMPO ORDINARIO

 PRIMERA LECTURA

 

Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida 

Lectura de la profecía de Ezequiel  18,  25- 28

        Así dice el Señor:

– Ustedes comentan: “No es justo el proceder del Señor”.

Escucha, pueblo de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿no es más bien el proceder de ustedes el que es injusto?

Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.

Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.

 

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  24, 4bc-5.  6-7.  8-9.  R.: 6a)

  1. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

        Señor, enséñame tus caminos,

instrúyeme en tus sendas:

haz que camine con lealtad;

enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

y todo el día te estoy esperando. R.

 

        Recuerda, Señor, que tu ternura

y tu misericordia son eternas;

no te acuerdes de los pecados

ni de las maldades de mí juventud;

acuérdate de mí con misericordia

por tu bondad, Señor. R.

 

        El Señor es bueno y es recto,

y enseña el camino a los pecadores;

hace caminar a los humildes con rectitud. R.

  

SEGUNDA LECTURA

Tengan entre ustedes los sentimientos propios de Cristo Jesús

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses  2, 1-11

Hermanos:

Si quieren ustedes darme el consuelo de Cristo y aliviarme con su amor, si nos une el mismo Espíritu y tienen entrañas compasivas, denme esta gran alegría: manténganse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.

No obren por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la humildad y consideren siempre a los demás superiores a ustedes mismos. No se encierren en sus intereses, sino busquen todos el interés de los demás.

Tengan entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús.

Él a pesar de su condición divina,

no hizo alarde de su categoría de Dios;

al contrario, se despojó de su rango

y tomó la condición de esclavo,

pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,

se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,

y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo

y le concedió el Nombre-sobre- todo-nombre;

de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble

en el cielo, en la tierra y en el abismo,

y toda lengua proclame:

Jesucristo es Señor,

para gloria de Dios Padre.

 

Palabra de Dios.

Aleluya  Jn  10, 27

Mis ovejas escuchan mi voz

-dice el Señor-,

y yo las conozco, y ellas me siguen.

EVANGELIO 

Recapacitó y fue a la viña

  • Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28- 32

        En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

– ¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar a mi viña”. Él le contesto:

“No quiero”. Pero después recapacitó y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, Señor”. Pero no fue.

¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?.

Contestaron:

– El primero.

Entonces Jesús les dijo:

– Les aseguro que los publicanos y las prostitutas entrarán antes que ustedes en el reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la salvación, y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas le creyeron. Y ustedes, a pesar de esto no se arrepintieron ni creyeron en él.

Palabra del Señor.

Oración de los fieles 

Oremos a Dios Padre, Su misericordia es eterna.

– Por la Iglesia; para que, toda ella, sea llamada permanente al mundo para seguir el camino mejor, roguemos al Señor.

– Comienza el nuevo curso de catequesis; para niños, adolescentes, adultos. Por los responsables de la catequesis; para que sepan presentar el mensaje cristiano de modo que sea en verdad educación de la fe, llamad a la conversión, roguemos al Señor.

– Ha comenzado ya el nuevo curso escolar. Por los profesionales de la enseñanza, de la educación integral de la persona; para que puedan cumplir su noble misión con dedicación plena, y su trabajo dé fruto, roguemos al Señor.

– Por nosotros, que hemos escuchado la llamada del Señor, como los dos hijos de la parábola, para que, a pesar de la inconstancia y las indecisiones, respondamos con obras y de verdad, roguemos al Señor.

Comentario al evangelio dominical del 24.09 o 25 TO

USTEDES, LOS LAICOS CRISTIANOS

La parábola de “los trabajadores de la viña” (Mt 20, 1-16) nos habla de un grupo de trabajadores, que fueron llamados a trabajar en la viña a última hora. Para el Papa S. Juan Juan Pablo II la viña son los pueblos del mundo, que hay que trabajar (evangelizar), y los trabajadores de la hora 25 son los laicos cristianos… Esto y otros aspectos más de la parábola inspiraron al Papa San Juan Pablo II a escribir la Exhortación sobre los laicos cristianos (1988), e inspiraron a los Obispos de América, reunidos en Aparecida (V CELAM, 2007), a publicar el Documento “Aparecida”, donde los laicos son llamados discípulos y misioneros. La Gran Misión que los fieles laicos están dando en la parroquia, me anima a citar algunos textos sobre los laicos cristianos.

Qué son los fieles laicos: son “los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, forman el pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo sacerdote, profeta y rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo” (LG 31). Son “hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia”(Puebla 786).

“Su misión propia y específica se realiza en el mundo, de tal modo que con su testimonio y su actividad contribuyan a la transformación de las realidades y a la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio. “El ámbito propio de su actividad evangelizadora es el mismo mundo vasto y complejo de la política, de la realidad social y de la economía, como también el de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los ‘mass media’, y otras realidades abiertas a la evangelización, como son el amor, la familia, la educación de los niños y adolescentes, el trabajo profesional y el sufrimiento”(Evangelización EN, 70).  Además, tienen el deber de hacer creíble la fe que profesan mostrando autenticidad y coherencia en su conducta”.

“Los laicos también están llamados a participar en la acción pastoral de la Iglesia, primero con el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con acciones en el campo de la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de apostolado, según las necesidades locales bajo la guía de sus pastores… A los catequistas, delegados de la Palabra y animadores de comunidades que cumplen una magnífica labor dentro de la Iglesia, les reconocemos y animamos a continuar el compromiso que adquirieron en el bautismo y en la confirmación”.

“Hoy toda la Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en estado de misión, para la evangelización del continente, nos decía el papa S.Juan Pablo II, (EAm 44). Los fieles laicos han de ser parte activa y creativa en la elaboración y ejecución de proyectos pastorales a favor de la comunidad. Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para que entiendan y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la Iglesia, ya que por su bautismo y su confirmación, es discípulo misionero de Jesucristo. En otras palabras, es necesario que el laico sea tenido muy en cuenta con un espíritu de comunión y participación (PG 11).

LECTURAS

DOMINGO XXV

 

DEL TIEMPO ORDINARIO

 

PRIMERA LECTURA

 

Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes

Lectura del  libro de Isaías  55.  6- 9

         Busquen al Señor mientras se deja encontrar,

invóquenlo mientras esté cerca;

que el malvado abandone su camino,

y el criminal sus planes;

que regrese al Señor, y él tendrá piedad,

a nuestro Dios, que es rico en perdón.

Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes,

ni mis caminos son los caminos de ustedes.

-oráculo del Señor-.

Como el cielo está por encima de la tierra,

mis caminos están por encima de los de ustedes,

mis pensamientos, de sus pensamientos.

 

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal  144, 2-3. 8- 9. 17- 18  (R.: 18a)

 

  1. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

Día tras día te bendeciré

y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Grande es el Señor, merece toda alabanza,

es incalculable su grandeza. R.

         El Señor es clemente y misericordioso,

lento a la cólera y rico en piedad;

El Señor es bueno con todos,

es cariñoso con todas sus criaturas. R.

         El Señor es justo en todos sus caminos,

es bondadoso en todas sus acciones.

Cerca está el Señor de los que lo invocan,

de los que lo invocan sinceramente. R.

SEGUNDA LECTURA

Para mí la vida es Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses

1,  20c- 24.  27a

Hermanos:

Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, tanto si vivo como si muero. Para mi la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé que escoger.

Me encuentro en este dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, y eso es mucho mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes.

Lo importante es que ustedes lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.

Palabra de Dios.

Aleluya  Cf. Hech 16, 14b

Ábrenos el corazón, Señor,

para que aceptemos las palabras de tu Hijo.

EVANGELIO 

¿Vas a tener tú envidia por que yo soy bueno?

  • Lectura del evangelio según san Mateo 20, 1- 16

        En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

– El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar trabajadores para su viña. Después de contratar a los trabajadores por un denario al día, los mandó a su viña.

Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo:

“Vayan también ustedes a mi viña, y les pagaré lo debido”.

Ellos fueron.

Salió de nuevo hacia medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Salió al caer la tarde y encontró a otros sin trabajo, y les dijo:

“¿Por qué están aquí el día entero sin trabajar?”.

Le respondieron:

“Nadie nos ha contratado”.

Él les dijo:

“Vayan también ustedes a mi viña”.

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz:

“Llama a los trabajadores y págale el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.

Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.

Cuando llegaron, los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellas también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestara contra el amo:

“Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”.

Él replicó a uno de ellos:

“Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No quedamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”.

Así los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.

 

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios. Él está cerca de los que lo invocan.

– Para que la Iglesia acoja, con la misma benevolencia de Dios, a todos los que desean colaborar en su reino, roguemos al Señor.

– Para que nuestra sociedad, cuyo incentivo es el lucro, sepa valorar el trabajo, como fuente de realización y promoción humana, personal y social, roguemos al Señor.

– Para que los responsables de la economía tengan la imaginación necesaria para solucionar el problema del paro laboral, roguemos al Señor.

Señor, Dios nuestro, justo en todos tus caminos, bondadoso en todas tus acciones, en ti confiamos; atiende nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Comentario al evangelio del domingo 17.09 o 24º TO

Queridos amigos:

A la hora de perdonar huelgan las preguntas: ni por qué ni a quién ni hasta cuánto ni cuántas veces. Es lo que nos dice Jesús en una de sus parábolas sobre el Reino de Dios, la del servidor ingrato, que no perdonó a su compañero, cuando tanto le habían perdonado a él (Mt 18,21-35). Hay que perdonar a todos todo el tiempo, es decir todo y siempre. Más aun, hay que perdonar sin condiciones, sin explicaciones y sin pedir nada a cambio. Y lo más sublime y costoso: hay que perdonar de corazón y olvidando, que es como Dios perdona y quiere que nosotros lleguemos a perdonar.

¿Se han preguntado por qué Dios y Jesucristo son tan exigentes en el perdón y por qué quieren que vivamos perdonándonos? Hay que perdonar para ser amigos de Dios y obtener su perdón, para amistar con los hombres y mujeres del mundo y ser felices, para aceptarnos a nosotros mismos y realizarnos como personas plenas y serenas, etc. Todo con el perdón y nada sin el perdón. ¿Por qué así? Porque el perdón restablece el orden de cosas querido por Dios y destruido por el pecado. Dios que es unidad en el amor, lo ha hecho todo para reflejar esa unidad en el amor. Lo que la destruye (el pecado) es odioso y dañino; lo que la reconstruye (el perdón) es bienvenido y necesario.

La Biblia está llena de frases y momentos de perdón. En el Antiguo Testamento sobresalen los salmos del perdón (25, 32, 78, 79, 85, 103, etc.) y en el Nuevo las parábolas del perdón (el hijo prodigo Lc.15, 11-32; el siervo despiadado Mt.18, 23-35; los dos deudores Lc 7, 41-50; el mayordomo infiel Lc 16, 1-9, etc.). Pero lo máximo es la institucionalización que Jesús hace del perdón, al dar a los apóstoles el poder de perdonar en el nombre de Dios (Mt 16,19; Jn 20, 22-23). Nace así el llamado sacramento del perdón (o Reconciliación o Confesión). A partir de este momento el perdón humano (que nos damos cuando nos decidimos a reconciliarnos) y el perdón divino (que Dios nos da cuando acudimos a Él arrepentidos), se enriquecen con el perdón sacramental, que es lo máximo.

Hay cien razones para perdonar y ninguna para no perdonar. Sólo el masoquista no perdona, al dejar que el recuerdo de la ofensa y del ofensor degenere en resentimiento, en rencor, en odio, que enferman y esclavizan sus vidas. Quien perdona sana su cuerpo y salva su alma, que la libera y ennoblece al mostrarse magnánimo. Quien perdona se parece a Dios que hace llover y salir el sol para buenos y malos por igual (Mt 5, 43-45); y que, como el Padre pródigo de la parábola, está siempre a la espera del hijo para darle, sin palabras, el abrazo del perdón.

Lecturas

DOMINGO XXIV

DEL TIEMPO ORDINARIO

 PRIMERA LECTURA

Perdona la ofensa a tu prójimo,

y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas

Lectura del libro del Eclesiástico  27, 33 – 28,  9

Irá y cólera son despreciables; el pecador las posee en su interior.

Del vengativo se vengará el Señor y llevará estrecha cuenta de sus culpas.

Persona la ofensa a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas.

¿Cómo puede un hombre guardar rencor a otro y pedir la salud al Señor?

No tiene compasión de su semejante, ¿y pide perdón de sus pecados?

Si él, que es un simple mortal, guarda rencor, ¿quién le obtendrá el perdón de sus pecados?

Piensa en tu fin, y cesa en tu enojo; acuérdate de la corrupción y de la muerte, y guarda los  mandamientos.

Recuerda los mandamientos, y note enojes con tu prójimo; recuerda la alianza del Altísimo, y perdona el error.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial  Sal 102, 1-2. 3-4.  9-10.  11-12   (R.: 8)

 

  1. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,

y todo mi ser a su santo nombre.

Bendice, alma mía, al Señor,

y no olvides sus beneficios. R.

 

 Él perdona todas tus culpas

y cura todas tus enfermedades;

él rescata tu vida de la fosa

y te colma de gracia y de ternura. R.

 

 No está siempre acusando

ni guarda rencor perpetuo;

no nos trata como merecen nuestros pecados

ni nos paga según nuestras culpas. R.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,

se levanta su bondad sobre sus fieles;

como dista el oriente del ocaso,

así aleja de nosotros nuestros delitos. R.

 

SEGUNDA LECTURA

 

En la vida y en la muerte somos del Señor

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 14,7-9

 

        Hermanos:

Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo

Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor.

Para eso murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.

Palabra de Dios.

Aleluya  Jn 13, 34

Les doy un mandamiento nuevo

-dice el Señor-:

que se amen unos a otros,

como yo los he amado.

EVANGELIO

No te digo que perdones hasta siete veces siete,

sino hasta setenta veces siete

 

  • Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 21 -35

 

        En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús:

– Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿hasta siete veces?.

Jesús le contesta:

– No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.

El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:

“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo”.

El Señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejo marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:

“Págame lo que me debes”

El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:

“Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré”.

Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

Sus compañeros al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:

“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”.

Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.

Lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo, si cada cual no persona de corazón a su hermano.

 

Palabra del Señor.

 

Oración de los fieles

 

Oremos a Dios Padre, que no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas.

 

– Para que la Iglesia sea lugar de reconciliación, y así se manifieste al mundo el perdón de Dios, roguemos al Señor.

 

– Para que sea posible lo que parece imposible: la reconciliación de unos y otros, sobre la base de la justicia, el respeto, la paciencia, el amor, roguemos al Señor.

 

– Para que sean capaces de perdonar y olvidar los que se sientes justamente ofendidos, roguemos al Señor.

 

– Para que imitemos a Dios, siempre dispuesto al perdón, perdonándonos nuestras mutuas ofensas, roguemos al Señor.

 

Señor, Dios nuestro, compasivo y misericordioso, escúchanos; que podamos decir con verdad, como el siervo de la parábola, *ten paciencia con nosotros*; perdónanos, como también nosotros perdonamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.